ꕊ˘˖˙16 ◠ ⋆ ☄

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— ¡A-ah! Por... Dios.

Al principio dolió como el carajo pero fue cuestión de segundos los que bastaron para que prontamente se acostumbrara y decidió comenzar a penetrarse con el objeto, gimiendo el nombre de su novio en tono alto mientras se retorcía entre las sábanas, sintiendo como los espasmos recorrían su cuerpo.

Se encontraba tirado en su cama, en la que había un frasquito de lubricante en un lado, mientras sus piernas estaban abiertas de par en par y el rubio soltaba gemidos entrecortados y jadeos al imaginarse a Ni-ki en todo momento.

Su mano comenzó a doler, por lo que decidió darse vuelta para cerrar sus ojos, tirar su cabeza para atrás y apoyar sus manos en el colchón para comenzar un rápido vaiven, sintiendo como las cobijas rozaban con su miembro, testículos y nalgas con cada que se movía.

Tiró de sus pezones con una mano mientras que con la otra se equilibraba para sentir como el dildo se adentraba de manera deliciosa en él.

Pero quería a Ni-ki.

— M-mmg, hyung. Oh p-por favor, hyung.— quería llorar por lo bien que se sentía aunque no sabía cómo carajos podía reaccionar su novio si lo encontraba en esa situación.

Había pasado tiempo haciendo lo mismo, Ni-ki había estado ocupado últimamente entre su familia (por motivos que aún no le contaba) y el trabajo. Habían veces en las que llegaba tarde del hotel en que trabajaba y él había estado ocupado con los exámenes, la universidad, su pasantía y centrándose en estudiar.

Pero tenía unos días libre de la universidad pero Ni-ki seguía ocupado, apenas se habían llegado a besar y su vida sexual no había pasado a casi nada, solo le había dado una mamada a su novio hace meses y de ahí no han hecho algo más.

Se sentía frustrado. Sabía que Ni-ki solo estaba cansado pero habían veces en las que llegaba a pensar que no era suficiente para él y por eso evitaba hacer algo más con él.

— ¡Mmg-... Niw-ki, oh..~ cubrió su boca con las almohadas, sacando el objeto para luego correrse entre las sábanas.

Un repentino sollozo resonó en esas malditas cuatro paredes, su respiración todavía estaba algo inestable, por lo que intentó calmarse pero pasado unos segundos, rompió en llanto.

Sentía que quizás Ni-ki tenía a alguien más, o extrañaba a su ex novia y no se lo hacía saber.

¿Porque tan distante? ¿Acaso su familia lo tiene taaan agotado y pasar más tiempo con él solo era el karma? ¿Porque ya no lo tocaba como antes?

Se sentía solo otra vez.

Un rato más tarde, regresó a su habitación una vez limpió y ordenó todo, se puso un pijama suavecito y acolchado para ese día de lluvia poder acurrucarse entre las sábanas limpias. Sun llegó a su lado al cabo de unos minutos, en los que maulló moviendo su colita de un lado a otra hasta que se giró para verlo.

— ¿Que pasa? ¿Tienes hambre?

El minino maulló de nuevo, lo que tomó como un si al recordar la hora. Eran como las siete, por lo que decidió darle de comer mientras agarraba un pan que tenía unos dos días o más para comer, en eso escuchó el ladrido de Bisco y se sobresaltó al tenerlo entre sus tobillos, mirando su pan con hambre.

— Hola, pequeño..— se agachó para acariciar su cabecita— ¿Y tu papá?

Supuso que había entrado por la puerta trasera, la que tenía una mini puerta que su tío le había hecho a Sun pero Bisco se las arreglaba para pasar por ahí.

Salió afuera para hechar un vistazo a la casa de al lado, en dónde vió un auto estacionado y a dos hombres que supuso eran los amigos de Ni-ki. Quiso volver adentro pero en eso uno de ellos lo reconoció al parecer.

𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora