𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』

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Sunoo no recordaba con claridad cómo es que pasó de estar discutiendo con su gato mientras Ni-ki le reprochaba que tampoco era necesario bañarlo como castigo a estar siendo ferozmente estampado contra la puerta trancada de su habitación mientras el mayor se encargaba de dejar mordiscos por todo su cuello, embistiendo su trasero con rudeza a la par que sentía sus piernas temblar con cada estocada.

— ¡A-awh! ¡Ni-ki!— chilló para correrse en la mano del mencionado, quienes e salió de él en cuanto lo apretó para acostarlo en la cama, dándole la espalda para quitarle la camiseta que tenía con agilidad— Espera-..

— ¿Quieres que pare?

Por supuesto que no, solo necesitaba unos segundos para recuperarse aunque el otro estaba desesperado, lo obligó a esperar unos minutos para luego acomodarse por su cuenta. O más bien, atraerlo hacia él con sus piernas para que sus miembros se comenzarán a rozar entre sí.

— Ah, Ni-ki~ tiró su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos mientras apoyaba su peso en sus codos.

Ni-ki se dedicó a mirarlo completamente extasiado, masturbándose con rapidez mientras él seguía moviendo sus caderas con detenimiento.

Nunca llegó a pensar que tan flexible podía llegar a ser su cuerpo hasta esos días, en los que después de que lograba provocar a su novio, éste llegaba a tomarlo de diferentes maneras y muy en el fondo sentía que lo hacía aproposito para que se corriera hasta llegar a tener dos orgasmos seguidos.

Cómo justo ahora, que empujó la parte trasera de sus rodillas para entrar de una vez en él, sacándole gemidos agudos para moverse de una vez, haciendo que sus nalgas vibraran de manera exquisita hasta el punto en que con cualquier mínimo movimiento, soltará ruidos suaves sobre el lóbulo de su oreja solo para provocarlo.

— H-hyung, tómame m-más-..

— ¿Quieres así?— le interrumpió, jalando sus caderas para tomar sus nalgas, dejando que enrollara sus piernas alrededor de su cadera para seguir.

— A-ah.. S-si, no pares~ se llevó dos dedos a su boca, chupándolos mientras que con su mano libre se encargaba de masturbarse.

— La puta..— le dió una sonora nalgada, sonriendo de manera perversa ante el quejido que le sacó al menor— Te pedí que no te tocaras.— murmuró con voz ronca, mordiéndose su labio inferior al verlo quejarse antes de soltarle otras, dejando la piel de su mejilla rojiza.

— ¡Ah! ¡Hyung!— arqueó su espalda, dejándose caer en el colchón para dejarlo que continuará, aferrándose a su cuello.

Ni-ki siguió embistiendo su trasero con desesperación por un largo rato más, en el que tiraba su cabeza hacia atrás y luego acariciaba sus mejillas y pellizcaba sus maltratados pezones rojizos, deleitándose con los gritos que Sunoo trataba de callar en cuanto lo hizo llegar al clímax nuevamente.

Habían pasado unos días desde la primera vez que lo habían hecho juntos, como ocho si Sunoo no mal recordaba y tenía que admitir que habían sido buenos a pesar de que Ni-ki aún no encontraba trabajo, eso era algo que en parte lo tenía frustrado ya que no quería pasar mucho tiempo sin ningún ingreso.

Para cuándo decidió que ya había estado mucho tiempo achantado en la cama, el castaño llegó hasta él con una ligera sonrisa después de darse un baño.

Su cuerpo era un completo desastre entre marcas y mordiscos, casi al igual que Ni-ki solo que éste apenas y con mucho esfuerzo tenía un tremendo y notorio chupetón en su cuello.

Quizás se entusiasmo demasiado y por él, ahora tenía una marca que parecía más bien que se la hizo con la intención de succionarle el alma.

— Y como te decía, Sun tampoco tiene la culpa de ser algo desordenado.— le dió una fuerte nalgada en la misma zona, por lo que soltó un grito y le miro mal, lanzándole una patada que el mayor esquivó.