Estaba demasiado concentrado en pasar al siguiente nivel que no pudo escuchar lo que Sunoo le decía con entusiasmo porque si o si tenía que ir al siguiente nivel o se dejaba de llamar Nishimura Riki.
Sunoo en cambió, dejó de arreglar su maquillaje al percatarse de que su novio no estaba escuchando ni la más remota de sus quejas y eso que se debía a eso mismo: el maldito videojuego con el que su novio lo había venido reemplazando -según su débil corazón- desde ya una semana.
No quería tener más peleas estúpidas, mucho menos por un aparato sin vida pero hablar con Ni-ki en esos momentos, era como hablar con la pared.
Por eso es que decidió apenas despedirse de manera cortante de él, a ver si así lograba sacarlo de su mundo virtual pero el rubio solo se despidió con un "adiós" a duras penas, sin por lo menos darle un besito o preguntarle así fuera con hipocresía si quería que lo llevará.
Nada.
Rodó los ojos algo dolido, tomó su teléfono y salió dando un portazo, lo cual fue lo suficiente como para que Ni-ki se llegará a sobresaltar y buscara la silueta de su novio por la habitación sin dar con él.
Miró el Game over en la pantalla, soltó un largo bostezo a la par que se estiraba en la cama, haciendo que sus huesos tronaran como papitas en una trituradora y restregó su rostro con pereza, poniéndose de pie al darse cuenta de que Sunoo se había ido.
¿A dónde iba?
Se lo había estado diciendo en toda la conversación anterior pero apenas escuchó una que otra palabra y fue cuando se regañó por esto.
Sunoo. Salida. Enojado. Videojuego. Indignación. Maquillaje. Perfume para ocasiones especiales. No se llevo algo más a parte del teléfono... ¡Cierto! No sabía a dónde había ido por pendejo.
Mientras él estaba en una pequeña crisis de hambre y confusión; Sunoo llegó al mercado casi echando humo pero se calmó ya que no todo tenía que ser malo solo porque a Ni-ki le costaba soltar el maldito aparato ese por unas horas para ayudarlo.
No, no tenía todos los problemas del universo y tenía que seguir siendo una persona positiva.
Fue por un carrito y en éste iba dejando poco a poco lo necesario para la semana, había también comprado la comida de su gatito y Bisco, a Ni-ki no le quiso comprar sus gomitas favoritas porque seguía indignado y vió un jabón de burbujas en un pasillo, al principio las iba a dejar pero al ver a unos niños soplar bastantes burbujas, decidió ir por el frasco más grande y los niños lo miraron con una carita de "Ojalá pudiera ser yo" y él sonrió victorioso, eso también iría a la cuenta de su novio.
Fue por la parte de la farmacia, compró los medicamentos necesarios que no podían faltar al igual que cremas y otras cosas más.
Cuando vio lo que llevaba en el carrito, temió que quizás sería algo inmaduro pero todo podía ser necesario, también las pasas aunque ni a él ni a Ni-ki les gustaba mucho estás.
Por desgracia y a la vez suerte, terminó saliendo de ahí con ocho bolsas de comida y se encontraba ya esperando un taxi pero en eso, un vehículo rojo se estacionó enfrente suyo y miró a los lados a ver si estaba buscando a alguien más el chófer.
- ¿Sunoo? Hola, ¿A dónde vas?- ese era Minhoo, quien le sonrió con amabilidad y fue como si hubiera visto un ángel.
- ¡Hyung! Voy a la casa.
- ¿Te llevo? Así te ahorras el dinero para el pasaje.- se apresuró en decir a modo de excusa en parte pero eso bastó para que el pelirrojo aceptará ya que sus dedos estaban a punto de dejar la faz de la tierra.
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𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』
Genç Kurgu══════ •『 🕙 』• ══════ ░ 𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐒𝐮𝐧𝐨𝐨 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐚𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐯𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐮𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐞 𝐚 𝐩𝐞𝐝𝐢𝐫𝐥𝐞 𝐮𝐧 𝐢𝐧𝐠𝐫𝐞𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐩𝐨𝐬𝐭𝐫𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬...