𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』

ꕊ˘˖˙11 ◠ ⋆ ☄

Los besos desordenados resurgieron, sus manos tocaban con lujuria cada rincón del cuerpo ajeno, los jadeos y suspiros de ambos se mezclaban en el caluroso ambiente y el chasquido de sus salivas resonaban en cada beso que se daban.

Sus ojos se encontraban cerrados y el pequeño rubio tomó sus cabellos entre sus manos, abriendo su boca para permitirle un mayor acceso y dejando que la caliente lengua del mayor se encontrará con la suya para enredarse y tocarse hasta que un hilo de saliva descendió por la comisura de sus labios.

Decidió romper el beso al estar ya completamente abrumado, sintiendo como Ni-ki lo despojaba de su ropa para luego hacer lo mismo con él, dejando las prendas en algún lado de la habitación para reincorporarse, quedándose en ropa interior solamente.

- Hyung..- soltó un gemido agudo y en un tono de súplica en cuanto guió sus dedos a sus botones para acariciarlos, pellizcarlos y tirar de ellos hasta dejarlos completamente rojizos- M-más~ le pidió entre gemidos, abriendo sus piernas de par en par para ir bajando sus manos suaves a su miembro despierto, dejando un apretón que le sacó un jadeo mientras se mordía su labio inferior con ese precioso sonrojo.

¿Hola? ¿Cordura? No, no estaba.

Por supuesto que quería hacer mil cosas con él pero tampoco quería aprovecharse. Aunque sabía que Sunoo no era un niño, se seguía preocupando por él y por ello no quiso pasar a algo más por el momento, pero el rubio se lo estaba poniendo difícil al pedirle más entre chillidos y gemidos mientras lo miraba de esa manera.

Tiró su cabeza hacia atrás momentáneamente para entonces colocar ambas manos en sus muslos y apoyarse de estos, dándole una embestida en falso que le sacó un gemido alto.

- Ah, Sunoo.

Se acercó para volver a pellizcar sus sensibles botoncitos, haciendo que sus miembros se frotaran mientras se encargaba de dejar marcas por todo el cuello terso y perfecto de su novio, deleitándose con esos gemidos suaves que escapaban sin vergüenza alguna de sus hinchados labios.

- Ni-ki..- se llevó dos de sus dedos a sus rojizos labios entreabiertos para chuparlos de manera erótica a la par que los sacaba.

Demasiado para su ser.

- Mierda.

Los dos estaban duros, por lo que sacó su erecto pene para apartarse un momento y así poder comenzar a masturbarse bajo la mirada perdida del otro, prácticamente esperando a ver si daba un paso más o de lo contrario se negaría a continuar y más al ver lo perdido y dudoso que lucía el más bajo.

Sunoo sintió como su calor incrementaba de nuevo en cierto lugar en específico, Ni-ki comenzó a mover su mano rápidamente sobre su propia extensión mientras él seguía en estado de shock por la sorpresa.

"Okey, reacciona y deja de comportarte como si fueras un completo tonto."

Dejó escapar un gemido al igual que el otro en cuanto se acercó para darle un ligero apretón, sintiendo lo duro que estaba. Solo se dejó guiar por sus instintos, recordando todas esas malditas fantasías que tenía cada vez que se iba a dormir, pensando en que el mayor finalmente lo tocará , lo sometía a su gusto y hacia lo que quiera con él.

Descendió sus manos desde su pecho, abdomen, ombligo y pelvis para luego quedar de rodillas a él, a lo que vio como la punta se tornaba casa vez más roja y Ni-ki comenzó a desesperarse al saber más o menos lo que pensaba hacer.

Paseó su dedo por encima de su miembro lentamente, casi sentándose sobre su regazo para luego comenzar a dar brinquitos sobre su falo, a lo que Ni-ki se aferró a sus caderas mientras tiraba su cabeza hacia atrás entre gemidos.