ꕊ˘˖˙12 ◠ ⋆ ☄

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Sonrió ladino con ver a Sunoo ir de aquí para allá, tirando de su brazo con entusiasmo en el mercado, porque tenían que hacer unas compras cotidianas y decidieron ir juntos pero lo que más le llamó la atención al menor fueron los útiles en el pasillo de cosas escolares.

Tenía en claro que a Sunoo le gustaba tener con que hacer diversas manualidades y por ellos no le sorprendió el ver cómo sus ojitos preciosos brillaban como mil galaxias al encontrarse con decenas de materiales para uso escolar o laboral.

- ¡Hyung! La última vez que vine con el tío Nam no habían de estos marcado-.. ¡Mira! Estás pegatinas son en tres-.. ¡Llaveros! Me sirven para mí estuche de colores.- comentó con entusiasmo, tomando algunos.

- Son bonitos, Sun-..

- Hyung, quiero cuatro de estos.- le interrumpió para mirarlo con un puchero.

- Estamos limitados de presupuesto.

- Pero hyung, por fis~ canturreo.

Le iba a negar su pedido ya que planeaba hacer algo más con el dinero pero le gustaba consentir a Sunoo, así que por ello accedió rendido ante esa bonita carita, recibiendo un pequeño beso en sus labios de parte del más bajo, quien en el momento en que se alejó, tomó el carrito y puso casi todo el estante dentro.

Bueno, tampoco es como si estuviera taaaan corto de dinero pero también pensaba a futuro. Al carajo con eso.

Mejor es disfrutar el presente con su novio.

- ¿Pero porqué tantos llaveros si solo tienes cuatro estuches llenos de crayones?

- No son solo de crayones, también hay acuarelas, colores, lápices, plumas, marcadores, pinturas, stickers..- y siguió hablando sin cansarse de su amada colección de artículos escolares con entusiasmo, radicando felicidad hasta por los codos.

Las mejillas de Sunoo se abultaban cuando sonreía, sus ojos se convertían en dos rayitas, hablaba con felicidad y casi revoloteaba en ese momento, en que se dedicó a observar con atención sus expresiones.

En casa tenía varias cartas y otras cosas que el menor había le hecho como regalos y tenía que admitir que eran bonitas; desde las cartas hasta esas cajitas creativas que le había obsequiado.

Él por su parte tenía muy poca imaginación para ello, por eso prefería comprar algo ya que si intentaba hacerlo, perdería la paciencia, rompería todo, iba a maldecir a los cuatro vientos, se comería su intento de regalo con rabia y lo terminaría pisoteando.

Si, mejor era comprarlo aunque apreciaba mucho el valor sentimental de las cosas que le daba así novio, queria hacerle saber que así era y también fue por eso que solo por él y nada más por él, no se molestaría en derrochar dinero en diferentes llaveros y marcadores que lo único que tenían de diferencia es que eran un milímetros más delgados que los otros.

Solo por Sunoo.

Cuando llegaron a la casa, lo ayudó a llevar las bolsas suyas, se supo e que se quedaría solo un momento pero terminó quedándose más tiempo de lo que planeaba porque el menor le pidió que se quedara a ver una serie con él.

En eso estaban hasta que en al pantalla de su laptop, apareció que un tal "Jinnie sunbae" CON CORAZONCITO estaba llamando por video.

- ¿Quien-..

- ¡Hola, Sun Sun!- le saludó un alegre hombre del otro lado, quien se puso serio al verlo con él y recordó que Sunoo tenía otro tío que se llamaba Jin.

- Hola, tío Jin.

- Sunnie, ¿Es un amigo?- le pregunta con interés, alzando una ceja.

- ¿Se recuerda de Nini? De quién te hablamos mi tío Nam y yo hace unos días.

𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora