𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』

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Se mordió su labio inferior con fuerza mientras tenía su mirada cabizbaja posada en sus tenis algo sucios, evitando mirar al japonés que estaba delante de él, reprochándole por lo que le dijo por llamada la noche anterior.

Estaba avergonzado por lo que dijo, en primer lugar no se hubiera imaginado que el mayor le respondiera al principio pero cuando lo hizo, tuvo que cumplir con ese absurdo reto que Haerin lo obligó a hacer.

— N-no debí haber hecho eso, l-lo siento.— murmuró entre dientes, dejando caer unas cuantas gotas saladas en el suelo.

Escuchó el suspiro pesado que abandonó los labios ajenos pero no se atrevía a darle la cara.

— Sun, lo que hiciste fue algo..— pensó en una palabra moderada por que entendía que ese chico debía estar apenado de sus palabras subidas de tono pero nada neutral llegaba a su mente— Fue algo tonto de tu parte si soy honesto.— tomó sus hombros con suavidad— No estoy molesto contigo, solamente opinó que debiste negarte así fuera un juego. ¿Que hubiera pasado si no era yo quien te atendía a la llamada? ¿No piensas en eso?— el más bajo rompió en llanto, por lo que decidió darle un cálido abrazo para comenzar a peinar y masajear sus cabellos con delicadeza— Hay personas que tienen malas intenciones... Cualquier otra persona con el cerebro de un pollo hubiera hecho algo malo con tal de perjudicarte, pequeño.

— M-me siento t-tan avergonzado.— murmuró encima de su camiseta, la cual estaba ya mojada a causa de sus lágrimas.

Clavó sus uñas en la piel de sus brazos al percatarse de lo cerca que estaba del mayor, quien lo trataba como si fuera un cristal que se fuera a romper en cualquier momento. Eso hizo que el revoloteó en su estómago le impidiera moverse o reaccionar aún cuando la situación era algo penosa para él después de que llamó a Ni-ki casi a media noche para decirle un montón de idioteces que se supone eran privadas para él solo porque estaba jugando verdad o reto con sus amigos y las amigas de la hermana de Jungwon llegaron a su cuarto.

Lo hizo por la presión pero orgulloso de ello no estaba por que seguramente, Ni-ki sería más distante con él una vez se fuera a su hogar.

— Solo ten más cuidado, ¿Si?— le susurró con un tono suave, apartándose para mirarlo a los ojos, limpiando los rastros de lagrimas que habían por sus mejillas— Eres un chico bonito y cualquiera haría lo posible por hacerte pasar un mal rato si confías demasiado.

Un leve sonrojo se esparció en sus mejillas ante las palabras de Ni-ki, pero éste creyó que se debía a las lágrimas de seguro.

— N-no volverá a pasar.

— Más te vale, Sunnie.— despeinó sus cabellos antes de girarse sobre sus talones para volver a su casa.

Sunoo quiso reprimir sus palabras pero solo quería expresarle al mayor lo que sentía y por eso no se contuvo en llamar su atención antes de que se fuera, a lo que el otro se dió vuelta momentáneamente.

— ¡Hyung!

— ¿Si?

— Te quiero.

Tras eso último, cerró la puerta de manera abrupta ante lo nervioso que se encontraba por lo que había dicho, sin darle tiempo al otro de reaccionar.

Ni-ki por su parte, se quedó atónito porque sentía que estaba alucinante demasiado quizás o el chico si estaba diciendo lo que él escuchaba y de la manera en la que creía.

En parte odiaría decir que su cuerpo reaccionó de obvia manera ante lo que el chico le había dicho la noche anterior pero supo que no todo era real pero joder. Necesitaba terapia porque debía estar mal al querer a ese pequeño chico de aspecto dulce de tales formas.