ꕊ˘˖˙32 ◠ ⋆ ☄

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— ¡Ni-ki!.. ¡M-más-.. Ah, más~

El rubio mordió la piel de su cuello, a lo que rodó los ojos mientras sus propios dedos se resbalaban de manera inestable en el espejo.

— Ah, se deslizara bien.— murmuró cerca del lóbulo de su oreja— ¿Era así que mi pequeño quería que lo tuviera?— le soltó una nalgada que lo hizo sobresaltar y soltar un quejido para luego jalar sus cabellos con una mano— Que me respondas, carajo.

Asintió con lágrimas de placer deslizándose por sus ojos miel, su cuerpo seguía presionado a más no poder contra el espejo del armario de la habitación de su novio, quien soltaba gruñidos con cada vez que estampaba sus pieles con un ritmo acelerado y profundo.

Estaba usando unas medias nuevas que se veían tiernas pero no eran para un uso sano por el que Ni-ki se ala compró, supuso que era lo que quería esa mañana en la que llegó y se las mostró con una sonrisa pero ese tampoco fue motivo para que no pudiera evitar correr con él hasta su cuarto, cerrar con llave y mirarse al espejo con las medias que llegaban a la mitad de sus muslos y una camisa del rubio que apenas cubría sus nalgas y dejaba la piel de su cuello al descubierto.

Ahora se encontraba siendo estampado contra el espejo, gimiendo a la par que el sudor corría por su cuerpo, causando que la camiseta se pegará a su cuerpo. Se mordía su labio inferior con cada vez que sentía el falo del otro adentrarse con violencia en él, su entrada dolía pero de una manera que le gustaba y excitaba, algo soportable o quizás el momento le hacía pensar de esa forma.

Rodó los ojos para alzar su rostro, abriendo sus labios para mirar con lujuria los ojos hambrientos del más alto, quien llevó dos dedos a su lengua para que los lamiera, lo cual hizo sin apartar su mirada de él en ningún momento.

— Hyung.. M-me vas a romper-.. A-ahmg~ movió sus caderas a modo que chocaba contra él, moviéndose a la par— N-no pares~

Ni-ki separaba sus mejillas mientras sonreía al ver sus expresiones, las apretó y chupó su cuello, obligándolo a que siguiera abriéndose para él comenzar a masturbarlo y tirar de sus botines ya rojizos.

Había notado que el cuerpo del pelirrojo se había vuelto aún más voluptuoso en ciertas zonas aunque llegó a creer que eran cosas suyas pero ese día él mismo comprobó que sus pezones no eran los únicos que estaban hinchados.

— Cállate y mejor grita mi nombre para que todos te escuchen.

El pelirrojo obedeció embriagado por las sensaciones que lo envolvían, cerrando los ojos mientras un hilo de saliva descendía por la comisura de sus labios, dejándose joder por el otro, quien era el causante del temblor en su cuerpo y las vibras que lo llevaban a estar tan ido ahí mismo. El ruido de sus suspiros, gemidos y quejidos eran acompañados por el húmedo sonido del pre-semen, sudor y el lubricante que yacía entre sus nalgas, las cuales resonaban de sobremanera con cada vez que la punta del glande golpeaba su punto directamente.

— ¡Ah-.. H-hyung..— se quejó cuando salió de su interior para recostarlo en el suelo de manera repentina.

— Tus piernas deben doler.

Tenía en cuenta el hecho de que lo anterior era como la puta gloria pero el menor estaba incómodo, así que por ellos solo terminó embistiendo su pomposo trasero un par de minutos más hasta que se corrió de imprevisto en un grito entrecortado, tomando sus manos mientras él le seguía, dejando besos esparcidos por toda la piel que tenía a su disposición.

— Hyung-..

— Solo un rato más.— murmuró sobre su cuello— Quédate un rato más.

— P-pero tengo que..— Ni-ki lo interrumpe dejando besos en sus labios— Ir a..— lo mismo de antes— Llegaré tarde..— trató de girar su rostro pero no pudo— ¡Hyung! Es enserio.

𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora