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Esparció varios besos por la parte descubierta del cuello y espalda de Sunoo hasta dejar marcas, lamentó un poco haberle dejado sus muñecas marcadas por haberlas atado trás su espalda. El menor estaba hecho un bonito desastre, sus labios estaban un poco rotos, sus piernas temblaban al igual que su cuerpo a causa de los espasmos que lo recorrían aún y jadeaba sonrojado, teniendo la mitad de su rostro en el sofá en el que tuvieron una segunda ronda y en el que estaba así desde hace unas horas o quién sabe.

Debería ya parar para que pudiera descansar aunque esa semana estaría tranquilo y sin preocuparse por la universidad porque les dieron unos días de descanso.

Admiró una última vez el débil cuerpo del pelirrojo, quien comenzó a abrir sus ojos un poco cegado por la luz de la lámpara ya que había vendado sus ojos con anterioridad.

— Ya es suficiente.— besó su hombro sudado, adentrando un dedo en él para quitar los restos de semen que yacían dentro suyo— Solo trata de evitarme una erección en el trabajo a la próxima. Me desesperas.— mordió ligeramente el lóbulo de su oreja.

— E-espera..— tomó su mano— E-el baño..

— ¿No puedes ir por tu cuenta?

— Me parece una falta de respeto que haga esa pregunta cuánto ¡Se vino dentro de mí más de cinco veces!— exclamó, rodando los ojos.

— ¿Y ese tono?— tomó su mentón, dejando un corto beso en sus labios para soltar sus manos finalmente— ¿Pero fue mucho o..?

— S-solo.. Estoy cansado.— dijo en un tono bajito y apenas entendible.

Ni-ki asintió, desnudando el pequeño y agotado cuerpo de Sunoo para llevarlo al baño. Abrió la llave de la tina para que se fuera llenando poco a poco y en ese tiempo aprovechó de ir ordenando el desastre que habían hecho los dos en conjunto.

Unas horas más tarde, ambos se encontraban en la sala comiendo juntos mientras se esforzaban por prestarle atención al programa que pasaban en la televisión pero solo estaban acurrucados y tan juntos como si fueran un chicle.

— Oye, estaba pensando en hacerme un cambio.

— ¿Un cambio?— pregunta aún con la mirada en la pantalla— ¿De cabello, tal vez?

— Si, ¿Que color sugieres? Tuve el cabello rubio por una gran parte de mi adolescencia.

— Querrá decir: Preadolescencia.— le corrige.

— Eso.

— Pero.. Nunca te he visto rubio, hyung.

— No, ahora que lo-..

— Foto.— le interrumpió, acomodándose de nueva cuenta en el sofá— ¿Tienes en el teléfono?

— Si, déjame buscar.

Sunoo se colocó a su lado como si fuera un bebé, mirando el montón de imágenes que habían de ellos, de él, Ni-ki, Bisco, Sun, paisajes, comida, cosas randoms o capturas. Hasta que finalmente llegaron a lo que se encontraba de hace unos años atrás en dónde se quedó encantado al ver a un chico de alrededor de diecisiete años con cabellos rubios y una sonrisita cuadrada que lo enamoraba.

— Aww~ le quitó el teléfono para ver— No has cambiado ni mierda~

— ¡Sunoo! Más respeto.— le regañó pero fue ignorado.

— Mentira, si cambiaste porque aquí te ves joven y ahora también pero más maduro.

— En ese tiempo me gustaba Slank Dunk y todavía me gusta.

— ¿Y que edad tenía?— pregunta aún sin apartar su mirada de las imágenes.

— Ahí tenía dieciséis.

𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora