ꕊ˘˖˙42 ◠ ⋆ ☄

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- ¿Galletas rellenas de chocolate?

- Mi tío Nam ama estás galletas.- e dijo con una sonrisa bonita en su expresión- Y la había visto en un tutorial de internet hace...

Dejó de estirar la masa con el rodillo un momento porque un mar de recuerdos preciosos viajaron a su mente, por ende sonrió ladino para ver al expresión extrañada de Ni-ki porque se había quedado repentinamente callado y mirando a la nada.

- ¿Bebé?

- Hyung.. ¿Te conté que el motivo por el que prácticamente nos conocimos esa vez fue por la sal?

El rubio asintió ante esto, comprendiendo e imitó su acción de reír en tono bajo, dejando de hacer un ocho con el chocolate que estaba enfriándose para apoyar sus manos al borde de la encimera, dándole una sonrisita coqueta al más bajo que lo hizo sonrojar.

- Fue hace tiempo y todavía te sonrojado cuando te miro demasiado.

- ¡Hyung!

Se quejó entre risas al sentir como lo apartaba de dónde estaba amasando lo que pronto serían sus preciadas galletas para abrazarlo por detrás, dándole ligeros besos en su cuello que solo le causaban cosquillas por los vellos de su mentón que comenzaban a crecer apenas.

Para el momento en que su estómago ya le dolía por reír tanto, atinó a tomar un poco de la harina que había en el tazón con su puño y se la lanzó en la cara o eso intentó porque Ni-ki apartó su rostro antes de que lo hiciera, dejándole así un rastro de harina en la cara de todos modos.

- ¡Sunoo!

Esos fue suficiente para que una guerra de harina se diera a comenzar en esa cocina, en la que decidieron detenerse al darse cuenta de todo el desastre que tenían en los alrededores.

- Tu limpias, hyung.

- ¡Pero tú comenzaste!- intentó excusarse.

- ¡Pero fuiste tú quien comenzó a hacerme cosquillas!

- ¡Porque se supone que te..- en ese momento no pudo terminar porque Bisco llegó hasta ellos, creyendo que sus gritos se debían a que estaban en peligro y optó por morder el pantalón de Ni-ki- ¡Perro marico! ¡Ah!

- ¡Bisco! Ya déjalo, por ahora lo único malo que ha echo es no querer limpiar el desastre.- puchereo para tomarlo entre sus manos y dejarlo en el sofá para que durmiera tranquilo.

Ni-ki hizo una expresión de falsa indignación ante esto, viéndolo llegar con una sonrisa victoriosa porque sabía que esa era su última indirecta para que se pusiera a limpiar o tendrían verdaderos problemas esa mañana.

- Pero Sunoo-..

- Yo termino esto y dejó que me metas el pene.- le interrumpió, girandose sobre sus talones con un sonrojo fuerte.

¿De dónde esa repentina timidez pero a la vez excitación?

Por supuesto que Ni-ki comenzó a limpiar todo el poco desastre con tal de tener su recompensa por quitar la harina de casi todas partes, guardándose el hecho de que se seguía sintiendo indignado porque él solito tampoco hizo ese desastre pero también todo fuera por su novio.

- Sun, ya terminé.

Y el mencionado recién y dejaba las galletas en el horno, queriendo por lo menos lavar el bol en dónde hizo la mezcla pero Ni-ki no tardó en acorralarlo contra la encimera, dejando besos desesperados en su cuello y él se vió forzado a intentar controlarse porque seguían en la cocina.

- H-hyung-..

- ¿Al cuarto?

Asintió entre jadeos para ser alzado por sus muslos y estampó sus labios con los gruesos del otro, queriendo que toda su atención se centrara en él solamente porque sentía la necesidad de tenerlo para él aunque eso era algo posesivo ya porque Ni-ki estaba con él siempre, menos cuando obviamente trabajaba.

𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora