CAPÍTULO 13

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EMMA

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EMMA

Dos días sin saber nada de mis auriculares nuevos, debí haberlos olvidado en casa de mi tía. Pronto le diría que si los encontraba que me los guardara. Y lejos de el imbécil de su hijo.

Había descubierto que no los tenía justo hoy, un miércoles que salgo temprano de la universidad y que tenía la intención de escuchar a Melanie Martínez hasta que me sangraran los oídos. Como no los tenía aquí seguí recostada en mi cama mientras analizaba mi día, las clases de hoy fueron un éxito, aunque aveces terminaba exhausta y las tareas fueran muchas, sabía que en un futuro no me arrepentiría de haber estudiado lo que más amaba.

Cuándo salí de mis pensamientos dirigí mi mirada a Olivia, quien leía algún libro de suspenso probablemente, la portada era escalofriante. Ava había salido con un chico y me había dejado a solas con Olivia, aunque la antes mencionada no había dicho más palabras después de preguntarme si quería saber de qué iba el libro que estaba leyendo, por mi bien le dije que continuara con su lectura, probablemente agradeció eso porque sonrió.

Estaba demasiado aburrida, en este momento debería estar haciendo algo productivo, pensar en chicos como Caleb que después de estudiar se dedicaban a seguir trabajando me hacían sentir que no estaba aprovechando mi tiempo.

<<Caleb, Caleb, Caleb>>

Mi consciencia se reía de mi, aunque trataba de no pensar en él, seguía haciéndolo, y eso que no lo veía desde el domingo. El lunes solo había visto su espalda y eso que me fue mal por andar mirándolo. Aún recordaba al imbécil que me tocó las nalgas y  seguía riendo al recordar la pantalla de su móvil.

Tomé mi celular, con la intención de buscar ideas en internet para saber que hacer en los ratos libres. El mensaje de hace unas horas de Caleb me lo impidió.

No había entrado a mirar mensajes y apenas entré abrí el suyo.

—¿Te apetece un intercambio?.

Eso llamó mi atención, respondí de inmediato, preguntándole de que se trataba, creí que no respondería debido a que a esta hora se encontraba trabajando pero la respuesta tardó unos cinco minutos en llegar.

—Ven a mi exposición de proyectos el lunes, es un momento especial para mi y quiero que tú estés ahí.

¿En dónde estaba el intercambio en esa invitación u orden?, quise preguntarle, pero lo pensé mejor, dijo que era un momento especial, quería decir que sus padres deberían asistir, pero recordaba su situación y si yo no aceptaba seguro no podría compartir ese momento con nadie más, no podía ser tan cruel como para no ir. En el fondo también quería ver su trabajo.

<<Y a él también>>

Un segundo mensaje llegó cuando estuve a punto de responderle.

—Te daré el libro que más desees si aceptas, es un intercambio justo a mi parecer.—A su mensaje le añadió la típica carita que él usaba, el emoji amarillo que guiña el ojo. Sonreí.

Farsa de amor con el chico oveja [Finalizada Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora