CAPÍTULO 27

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Nos habíamos levantado muy temprano para un último desayuno todos juntos

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Nos habíamos levantado muy temprano para un último desayuno todos juntos. Se suponía que ayer debíamos regresar pero debido a lo sucedido con Caleb decidimos volver hoy martes.

Para mi sorpresa hasta mi tía había madrugado.

Cuando fui la primera en terminar de comer me dirigí a la cocina para lavar mi plato. Sentí que alguien más había entrado después de mí.

Y mi respiración comenzó a ser anormal pensando que era Caleb. No estaba segura si podría actuar como si nada delante de él por más tiempo.

-Si mis ojeras no desaparecen el resto del día te culparé a ti.-Murmuró mi tía haciéndome soltar un suspiro de alivio.

-No me molestaría que te hubieras quedado dormida tía.

-Siempre me quedo dormida pero esta vez hice mi mayor esfuerzo. Necesitaba despedirme y darte algo.

Me giré una vez que terminé de lavar mis trastes, esperando ver qué era lo que me daría.

Vi el movimiento de sus manos para dirigirse hacia su pecho. De ahí sacó lo que parecía ser una caja algo negra y pequeña.

La pregunta de qué cosa era eso, quedó atorada en mis labios cuando mi tía dijo que era una cámara.

-¿Para que me das una?.

Mi tía se encogió de hombros.-Siempre es bueno tener una.

-¿y dónde tengo que colocarla?, vivo en una residencia por sí se le olvidaba. Mis amigas necesitan privacidad.-Declaré y casi me muerdo la lengua al ver que ya me era más fácil llamar a Olivia y Ava mis amigas.

-En la puerta podría ser. Mira que vivas en una residencia no te libra de no estar en constante peligro.

-Es una residencia de mujeres quiere decir que no hay peligro porque no hay hombres.

-Sabes que las mujeres también pueden hacer daño.-Cuando mi tía dijo eso sentí que mis manos comenzaban a temblar. Quise ocultarlo apretando mis dientes y mis manos pero mi tía lo notó.-Se que te haz esforzado para olvidarlo, pero es una experiencia que te permitió darte cuenta de la cruel verdad.

Suspiré intentando borrar todos esos recuerdos que me atormentaban. Pero era como si nunca podría librarme de ellos por más que me esforzara, quizás se debía a que nunca volví a saber de ella y tenía miedo de encontrarla nuevamente.

-Tienes razón tía. Tomaré en cuenta tu consejo.-Dije finalmente y mi tía me abrazó pidiéndome que me cuidara.

Cuando salimos de la cocina me dirigí rápidamente a buscar mi mochila y me uní a Marc y Caleb fuera de la casa.

Me despedí de mi tío, de mi tía y finalmente de mi madre. La última me abrazó tan fuerte mientras me decía lo mucho que me amaba que casi me quedé sin aire. Antes de separarnos sentí sus labios en uno de mis oídos.-No alejes a las personas que de verdad te quieren.

Farsa de amor con el chico oveja [Finalizada Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora