Me encerré en aquel baño donde unos momentos atrás se había duchado, y en cuestión de segundos le escuché tocar la puerta y preguntar qué había pasado.
Y no podía hablar. Miré mis manos las cuales estaban temblorosas, tenía la sensación de no poder respirar y tuve que abrír la boca para tomar aire.
<<Olvida Emma, tú puedes>>
En mi mente solo trataba de repetir eso, para dejar de reproducir ese recuerdo nuevamente. Estaba siendo imposible, tenía tiempo que eso no me sucedía y odié que fuera justo ahora.
Tragué saliva al mismo tiempo que intentaba respirar, puse mi mano sobre mi corazón solo para sentir como seguía latiendo a un ritmo demasiado acelerado.
<<Tú puedes>>
Volví a repetirme, cerré mis ojos y fruncí las cejas cuando nuevamente la imagen apareció. Quería llorar pero no podía, mi cuerpo no reacciónaba más.
—Emma, háblame.
No respondí al chico detrás de la puerta, a penas estaba logrando respirar.
—Por favor, déjame ayudar.
Apreté mis labios. Me puse de pie mirando como estos temblaban, me coloqué debajo de la ducha y comenzé a dejar caer el agua sobre mi. Necesitaba agua fría.
—Hielo—Logré pronunciar.—Necesito hielo.
A penas escuché como Caleb se alejaba, y en cuestión de segundos ya estaba tocando la puerta, solo la abrí y puso la mano para que no cerrara, sin embargo no entró.
—Llamame si necesitas algo más.—Dijo antes de sacar su mano y cerrar la puerta.
No perdí más el tiempo y puse el hielo en un bote con agua que se encontraba cerca de la regadera.
Tomé aire, cerré mis ojos y vacíe el agua sobre mi aún con mi ropa encima. Reprimí una queja al sentir el frío invadir cada parte de mi cuerpo, pero de una u otra manera me distrajo, volví a hacer lo mismo hasta que el agua se terminó.
Mi respiración estaba mejorando, no era la primera vez que el agua fría me ayudaba a respirar mejor.
Me dejé caer en el suelo, recargué mi espalda en la pared y tallé mis ojos.
<<Eso es, tranquila>>
Inhalé y exhalé lentamente varias veces, me quedé sentada unos minutos más mientras me abrazaba a mi misma, sintiendo mi piel fría.
Cuando fui capaz de respirar mejor, decidí ponerme de pie. Los pasos que dí eran lentos hasta llegar a la puerta, la cual abrí de la misma manera.
Caleb no estaba ahí, o eso creí, porque sentí su presencia, levantándose de una esquina de la puerta del baño, en sus manos tenía una toalla.
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Farsa de amor con el chico oveja [Finalizada Sin Corregir]
RomanceEmma Brown es una chica que desde niña supo que todos los hombres eran iguales. Cuando creció se permitió salir con ellos pero dejando los sentimientos de lado. Caleb Sanders es un chico reservado que ha estado enamorado de su mejor amiga la cual e...