CAPÍTULO 16

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Me encerré en aquel baño donde unos momentos atrás se había duchado, y en cuestión de segundos le escuché tocar la puerta y preguntar qué había pasado

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Me encerré en aquel baño donde unos momentos atrás se había duchado, y en cuestión de segundos le escuché tocar la puerta y preguntar qué había pasado.

Y no podía hablar. Miré mis manos las cuales estaban temblorosas, tenía la sensación de no poder respirar y tuve que abrír la boca para tomar aire.

<<Olvida Emma, tú puedes>>

En mi mente solo trataba de repetir eso, para dejar de reproducir ese recuerdo nuevamente. Estaba siendo imposible, tenía tiempo que eso no me sucedía y odié que fuera justo ahora.

Tragué saliva al mismo tiempo que intentaba respirar, puse mi mano sobre mi corazón solo para sentir como seguía latiendo a un ritmo demasiado acelerado.

<<Tú puedes>>

Volví a repetirme, cerré mis ojos y fruncí las cejas cuando nuevamente la imagen apareció. Quería llorar pero no podía, mi cuerpo no reacciónaba más.

—Emma, háblame.

No respondí al chico detrás de la puerta, a penas estaba logrando respirar.

—Por favor, déjame ayudar.

Apreté mis labios. Me puse de pie mirando como estos temblaban, me coloqué debajo de la ducha y comenzé a dejar caer el agua sobre mi. Necesitaba agua fría.

—Hielo—Logré pronunciar.—Necesito hielo.

A penas escuché como Caleb se alejaba, y en cuestión de segundos ya estaba tocando la puerta, solo la abrí y puso la mano para que no cerrara, sin embargo no entró.

—Llamame si necesitas algo más.—Dijo antes de sacar su mano y cerrar la puerta.

No perdí más el tiempo y puse el hielo en un bote con agua que se encontraba cerca de la regadera.

Tomé aire, cerré mis ojos y vacíe el agua sobre mi aún con mi ropa encima. Reprimí una queja al sentir el frío invadir cada parte de mi cuerpo, pero de una u otra manera me distrajo, volví a hacer lo mismo hasta que el agua se terminó.

Mi respiración estaba mejorando, no era la primera vez que el agua fría me ayudaba a respirar mejor.

Me dejé caer en el suelo, recargué mi espalda en la pared y tallé mis ojos.

<<Eso es, tranquila>>

Inhalé y exhalé lentamente varias veces, me quedé sentada unos minutos más mientras me abrazaba a mi misma, sintiendo mi piel fría.

Cuando fui capaz de respirar mejor, decidí ponerme de pie. Los pasos que dí eran lentos hasta llegar a la puerta, la cual abrí de la misma manera.

Caleb no estaba ahí, o eso creí, porque sentí su presencia, levantándose de una esquina de la puerta del baño, en sus manos tenía una toalla.

Farsa de amor con el chico oveja [Finalizada Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora