C VII

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Bayolette


-Gracias. Cada que lo vea, pensare en ti, y no porque termines igual. Sino, porque volveré a recordar tus mejillas con un lindo sonrojo. 

Wow, un infarto a mi corazón, ni siquiera sabía que me había sonrojado.

-Yo, eh, gracias Elián, eres muy lindo- le conteste y sin importarme si estaba bien o no, lo abrace.

Pensé, que lo había incomodado, porque primero no reaccionó, y cuando me quise alejar, él me correspondió el abrazo, vaya que se sentía bien estar en sus brazos, y su aroma. 

Dios, es un lindo pecado en la vida.

Nuestro momento fue  interrumpido por un Giovanni molesto, celoso, feliz.

-Me agrada, que empiecen a querer acercarse, pero no tan rápido. Así que aparta tus manos de mi doncella- le dijo piume, nos separó y a mí me puso detrás de él.

-Piume, no hicimos nada malo, solo fue un abrazo- le dije pero me miro molesto.

-Amor vamos, recuerda que tú eras él más feliz, solo fue un abrazo inocente- le dijo Amy para que se calmara, pero aun así su mirada, no cambiaba.

-Te aseguro que fue un abrazo inocente, sin ninguna malicia. Realmente me gusta, no me atrevería a una canallada, ante todo soy un caballero-Elián le contestó a piume y él sólo se empezó a reír. Todos lo miramos como si estuviera loco.

-Lo sé cuñado, solo era una prueba y vaya que si la pasaste. Pero eso no quita que te vigilare como un halcón.- le dijo entre broma y seriedad.

-Sabes que solo quiero lo mejor para ti mi dulce doncella- me dijo mientras me abrazaba, no pude enojarme, no con él, porque sabía que era cierto- Bueno sigamos jugando- me dijo.

Ya habíamos recorrido lo juegos mecánicos, y yo casi muero, en serio le tengo pánico a eso, hasta que Elián reto a Gio en uno de carreras, y como si fuera poco, también nos metieron a Amy y a mi en eso, lamento decirles que los perdedores terminaron más que cansados.

-Deberían de prohibir correr, ¿Quién en su vida se divierte de esa manera?- proteste, no me gusta correr.

-Pues de eso, se trata ese juego- me contestó con burla Amy.

-Mejor vamos, a los carritos chocadores- les dije muy feliz.

-Claro, porque ahí no puedes perder- me contestaron los tres. 

Sí, es lo que piensan, perdimos.

Nos subimos a los carritos y fue fantástico, había pasado mucho tiempo que no reía de esa manera. Para desgracia de Elián, su carrito terminó con más golpes que el de nosotros.

 Se terminó nuestro tiempo y bajamos, Amy checo la hora en su celular, ya era tarde 9:30 pm, lo bueno que mañana no hay clases para todo el instituto, así que los deberes se hacen mañana.

-Bueno, tenemos tiempo, de subirnos de nuevo y después, los dejó en sus casas, ¿Si?- nos dijo Elián y nos formamos de nuevo.

-¿Otra vez ustedes? Dejen pasar a más chicos- nos dijo el encargado del juego molesto.

-Oiga, no sea grosero, al final estamos pagando por subirnos, y no le quitamos el lugar a nadie- le conteste molesta.

-Ya van 6 veces que se suben, por Dios, vayan a un juego apropiado a su edad- me dijo de nuevo el señor.

-Le pediré de la manera más amable, que respete a mi doncella y que le pida una sincera disculpa, no debe, ni es quien para hablarle de esa manera a mi chica- le dijo súper furioso piume.

-Pues yo de la manera más amable les diré que se larguen ahora mismo- nos gritó el señor y me enoje más.

-Insolente ¡Grosero! Aprenda a respetar porque con ese carácter que se carga nadie querrá volver- le dije gritando más fuerte que él.

-Señor, no es amable, ni habla bien de usted. Debe aprender a ser paciente y respetuoso, de lo contrario, en la vida, volverán a usted. Buenas noches- le dijo Elián tranquilo. Me tomo de la mano y empezamos a caminar.

Cuando íbamos a medio camino, me empecé a reír y los demás me miraron con ganas de llevarme al manicomio.

-¿De qué te ríes?- me preguntó preocupada Amy.

-Ya la perdimos.

-¿La llevamos a una casa de la risa?- mire mal a mi cuñada.

-No estoy loca, bueno sí, pero no mucho- respondí ofendida mientras cruzaba los brazos.

-¿Entonces de qué te ríes?- me preguntó Elian.

-De que no tiene buena memoria. Nos subimos 7 veces, no 6. Ni nos vio realmente- le conteste y me empecé a reír de nuevo y Amy esta vez también. 

Los chicos nos miraron con preocupación.

-Creo que es hora de llevarlos a casa a todos- dijo Elián divertido.

Llegamos a la salida, y Elián nos señaló su carro, y de el bajo un señor con traje negro.

-Buenas noches- lo saludamos todos, el en respuesta, nos dio una sonrisa, y nos abrió la puerta trasera.

Ya adentro Amy le indicó donde vivía, en el camino empezamos a reírnos de nuevo del señor, cuando llegamos a su casa se despidió de Elián con un abrazo al igual que de mí, y de su novio un beso que los tuvimos que separar, porque vaya que fue un señor beso.

-¿Dónde vives Giovannie?- le preguntó Elián.

Gio le fue indicando el camino, y cuando llegamos ambos bajamos el auto. Elián sin entender, nos miró.

-¿Son vecinos?- nos preguntó y negamos.

-¿Entonces porque bajaste? Anda te llevo a tu casa- me dijo.

-Lo que pasa que ella se quedara conmigo- le contestó piume-Descuida, es normal en nosotros, además su familia le dio permiso de quedarse conmigo- le explico y entendió.

-Bueno, entonces los veo el lunes, y gracias por la invitación. La pase genial, hacía mucho que no me divertía tanto- nos dijo y se despidió de ambos con la mano.

-Ah, por cierto, el sábado habrá un ritual de iniciación, espero que puedas venir- le dijo piume.

Eso realmente, me sorprendió, porque es algo nuestro, y nadie aparte de Amy, participa. El ritual, lo hacemos cuando cumplimos años, y jamás habíamos invitado a alguien más.

-¿Ritual? ¿Donde sacrifican gallinas y prenden velas?- preguntó Elián sorprendido, a lo que yo me empecé a reír.

-No, sin gallinas y no son velas, es una fogata. Es un ritual de cumpleaños- le explique y por su cara no me entendió.

-El sábado es mi cumpleaños y eso hacemos con cada uno de nuestro cumpleaños, estas totalmente invitado- le dijo piume.

-Oh, entiendo. Pero, no les prometo venir el sábado saldré con mis padres a una reunión familiar, y no sé si llegaré tarde o no, igual muchas gracias por la invitación, espero y se diviertan.

Se volvió a despedir de nosotros, se subió al auto y se marchó. Vimos por donde se marchaba el auto, hasta que los perdimos de vista. Entramos a la casa y nos fuimos directo a su cuarto.

-¿Y bien?- me preguntó con una sonrisita traviesa.

-¿Qué?- lo mire dudosa.

-¿Me vas a decir que fue lo el abrazo? ¿Por qué le diste tu poni? Donde me salgas que no te gusta- me miró muy serio.

-Fue un abrazo tierno, se lo di porque él me dio el suyo. Y no, no me gusta- lo último lo dije muy bajito, más para mí que para él.

-Lindura, te conozco bien. Te sonrojas hasta por un mensaje de él, es más que claro que te gusta, y tú a él, lo traes en las nubes. Por favor, date una oportunidad con él, te está demostrando que te quiere a la antigua.

-Por favor, vamos a dormir, estoy cansada- le dije para cambiar de tema y el acepto.

Nos acostamos, y como es costumbre el me abrazo como si fuera bebé, y así nos quedamos dormidos. 

MIRA AL CIELO| Siempre Será Nuestra PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora