C XXII

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Giovannie.


-Lo de las averías fue por ustedes- nos dijo Amy.

-Hey, ¿Por qué precisamente nosotros?- le preguntó Elian ofendido.

-¿A no recuerdan? ¿Quienes se pusieron a aventar los cojines la primer noche que nos quedamos? Que yo recuerde no fuimos nosotras.

-Solo era guerra de cojines. No matamos, amor- le conteste.

-Solo eso. Mejor sigan practicando- respondió sencilla y empezó con su tarea.

-De hecho cuñada favorita, todos nos debemos de irnos arreglar porque tenemos que salir urgente, así que suban se arreglan y nos vemos aquí en 20 minutos.

-¿Qué? ¿A dónde debemos ir? ¿20 minutos? Estas loco, en ese tiempo no estoy lista.

-Tendrás que imponer un récord, cuñada. Vamos en serio, es importante y se que estarán más que encantados.

Con sospecha de mi parte, alegría de mi cuñado, y exageración por parte de mi linda novia, salimos directos a los dormitorios. Me di una ducha de agua fría y no porque la necesitará, si no, porque solo tenía 20 minutos, me coloque lo primero que vi y baje.

Llegando a la sala vi a mi cuñado con un traje gris aperlado y camisa coral, empiezo a creer que no usa mas que trajes, la mayor parte del tiempo siempre viste así, menos en la escuela porque portamos uniforme. Estaba en su celular mensajeando. Iba asustarlo cuando vimos entrar a mi niña super enojada.

-Que guapa mi amor- le halague, y en verdad se veía guapa. Llevaba un vestido azul que le daba hasta la rodilla y unos botines negros. Se veía divina.

-¿Guapa? Ni siquiera me pude secar el cabello, ahora tendré que dejar a que se seque al natural, y todo por Elian- dijo molesta.

-Perdón cuñada pero, ya veras porque del tiempo. Además concuerdo con Gio te vez preciosa. Ahora vayámonos.

Salimos de la casa y nos subimos al auto que ocupaba el chófer, de camino le preguntamos cuál era el destino pero no nos dijo, cuando estuvimos enfrente del orfanato fue cuando entendí y me preocupe. 

Afuera estaba el carro de mi mamá y el de mis suegros, lo cual aumentó mi preocupación, no sabía si era buena o mala señal.

-¿Por qué estamos aquí? ¿Paso algo con mi doncella?

-¿Qué hacen aquí mis padres? ¿Algo salio mal?

-Ya lo verán, tranquilos.

Bajamos del auto y entramos a la oficina de la trabajadora social, pero no nos acercamos ya que Elián no nos dejó, así que nos quedamos atrás sin que nos vieran. Yo estaba más que nervioso necesitaba explicaciones ya, si no me pondría loco; mi novia estaba igual que yo, pero Elian no.

-Bueno, ahora si ya puedo terminar. Después de explicarte la situación y algunos detalles en caso de que tu custodia sea otorgada a la familia Allen, te tengo que decir algo.

     En los años que llevo ejerciendo mi profesión, nunca había encontrado una situación tan lamentable como la tuya y tampoco había conocido que los niños fueran bendecidos por muchos ángeles. 

     Mi trabajo es asegurarme que él pequeño o la pequeña esté en una familia que lo proteja, que vele por él, que lo anime, que le de lo necesario para vivir y sobre todo que los ame, y con gusto puedo decir que siempre fue así, hasta que llegaron ustedes. Pero como lo dije, bendecida por ángeles, y uno en especial. 

MIRA AL CIELO| Siempre Será Nuestra PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora