ESPECIAL.

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MR MONTARCH.


10:05 am.

Han pasado solo 5 minutos desde la última vez que revise la hora. 

¿Cuanto se pueden tardar?

Vi salir a una enfermera del área de quirófano con mucha presura.

-Señorita, ¿Podría darme informes del estado de mi esposa?- pedí al borde de la locura.

-Lo siento, pero yo no puedo- me miro con resignación- En un momento sale él doctor y a él le podrá preguntar- repitió las mismas palabras que las otras 5 veces que he preguntado. Sin decir más se retiró.

-¿Aquí nadie puede darme informes sobre mi amada?- dije irritado mientras me cubría el rostro con las manos.

-Señor Montalvo- escuche el llamado y me acerque.

-¿Sí, doctor? ¿Se encuentra bien mi esposa y mi niño?- pregunte al ver que no respondía nada- Por favor.

-Descuide, todos se encuentran bien- me miró fijamente- Pero, debo aclarar que

¿Qué dijo?

-¿Todos? ¿Porque ha dicho que todos?- pregunte confundido.

-Felicidades, señor Montalvo. Son dos, no solo uno- dijo y todo mi mundo paro.

¿Que acababa de escuchar?

-¿Usted acaba de decir dos?- pregunte en shock.

-Si. como lo escucha, dos. Gemelos.

-¿Cómo es posible eso? Digo, nunca se mostró. ¿Está seguro?- lo mire fijamente. No puedo creerlo.

-Vera. Muchas veces cuando son gemelos, el gemelo mas chico es quien se esconde detrás de su hermano y por ese motivo no siempre se logra ver- explico serio- Claro que, eso también representa problemas a la salud de la madre, ya que muchas veces no suelen soportarlo y las perdemos durante el parto.

Sus palabras lograron encender una alarma de alerta y de impulso quise entrar, pero me detuvo.

-Quiero ver a mi esposa.

Mi corazón bombeaba a niveles inimaginables. Sentí que en cualquier momento me desmayaría.

-Tranquilo, señor Montalvo. Su esposa se encuentra muy bien- me soltó.

-Quiero ver a mi esposa y mis hijos- mi voz dictaba orden.

-Ya los verá pero por ahora no puede. Están terminando de atender a su esposa y a sus hijos, dentro de poco podrá verlos- agradecí y él se retiró.

Respire y tome asiento. A unos metros de donde me encontraba, estaban una familia completa felicitando a un señor. Seguro, un nuevo padre. No soporte mas y las lágrimas traicioneras empezaron a descender sin medida por mis mejillas.

Como me gustaría que en este momento tan importante para mi. Mis padres, mis hermanos o alguien de mi familia estuviera aquí dándome ánimos, que estuvieran aquí dando opiniones para los nombres o que se pelearan por quien será padrinos. Como desearía al menos un "Felicidades nuevo papá"

Me retire las lágrimas con rabia. Rabia por aun pensar en ellos como familia cuando nunca lo han sido. Familia no es aquella con la que compartes ADN, y ellos no lo eran desde el momento en donde nunca me apoyaron cuando decidí casarme con mi esposa.

Mi familia siempre se opuso a que uniera mi vida con ella. Siempre buscaban una forma para sabotear mi relación. Nunca aprobaron que ella formara parte de la familia. Tanto que el día de mi boda, nadie se presentó. Solo una sola persona. Mi abue. Ella fue la única que se presentó a uno de los mejores días de mi vida. Muy a pesar que a ella tampoco le agradara Katherine, pero lo dejo aun lado y estuvo para mi.

MIRA AL CIELO| Siempre Será Nuestra PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora