C XLV

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GIOVANNIE.



-Por favor.

-No.

-Por favor, Gio te lo imploro, déjame ir con ella- pidió  desesperado- Te juro que no fui yo, no les haría daño a ustedes.

-Lo sé- admití y me miro con ilusión- Dime tonto y estúpido, pero sinceramente confió en ti y te creo que no fuiste tú. Pero también compréndela. Te pregunte si sabias algo y lo negaste, te escucho en la llamada- me senté y suspiré- ¿Sabes? a Let siempre le ha molestado que le mientan y más que se metan conmigo, a lo mismo que a mi.

-Pero si lo que dijo el reportero es mentira, ¿Por qué lo haría?- me miro con duda- ¿Es mentira,  cierto?

-Cuando tenía 3 años me diagnosticaron ataques de epilepsia me empezaron a tratar, lamentablemente eso era provocado por migraña y por los ataques de nervios que me daban. 

     Tiempo después, en el penúltimo campamento al que Bay y yo asistimos, había un niño de un Sargento que se creía demasiado aparte de que era muy agresivo y a todos nos hacía bullying, jamás lo castigaron por el rango de su padre. Y una noche estábamos Bay y yo en la fogata y no recuerdo porqué, pero el niño llegó y nos empezó a molestar. Papá siempre nos mantuvo prohibido el uso de los golpes o la agresión verbal, así que, no nos podíamos defender.

     El niño ese empujo a Bay y yo me le aventé, a los golpes nos enredamos en una pelea. Él papá del niño se dio cuenta y a mi me mandó a la cabaña castigado sin alimento y a Bay la llevaron a otra igual castigada. Papá no estaba presente ese día, había ido a dejar unos oficios, así que no se enteró de  nada. Esa noche fue tanto mi coraje de lo que le hicieron a mi hermana y empecé entrar en un ataque de nervios hasta que me dio el ataque de epilepsia. De ese momento no recuerdo nada, por Bay se que la amiga de mi papá entró a la cabaña junto con ella y me encontraron convulsionando. Me asistieron en el momento, ella pidió que le avisaran a mamí que estaba en las oficinas. Cuando desperté, empezó un infierno, él niño me empezó a hacer bullying con mi epilepsia y ese campamento fue el peor. Recibí ayuda psicológica después ya que esos días sufrí demasiado, estuve en terapia por meses completos, me la pasé noches llorando por eso, días sin querer comer, sin querer hacer nada, sin ánimos. Sin ganas de vivir.

     Gracias a mi familia logré salir de la depresión y deje de asistir, lo malo volvió cuando volvimos a ir al campamento y vimos de nuevo a ese tipo, fue lo mismo del año pasado, tuve recaídas y volví  a las terapias. Un día avisaron que en la misión que estaba mi papá salió mal y él se debatía entre la vida y la muerte, yo quise asistir pero por como estaba mi estado de salud mi psicóloga no me permitió salir de la ciudad,  yo me quede. Ellas sí asistieron a su funeral, mientras yo deseaba morir por ser tan débil.

     ¿Sabes? Ni siquiera pude despedirme del hombre que amo, del hombre del porque hoy en día soy así, no me pude despedir de mi padre. Bay me grabo el funeral de papá y cuando llegaron me enseño el vídeo. Ella pidió que lo vistieran de super papá, un traje que nosotros le hicimos en sexto grado por el día del padre.

     Después de eso, me prometí a mi mismo y a ellas que no dejaría que otro ataque de epilepsia ni depresión se adueñaran de mi, trataría de salir de ese fondo por ellas, pero no fue tan fácil.

     Llore por años en las noches, y como siempre mi niña estuvo ahí para mí. Ese año ella se escapaba de su casa y llegaba a la nuestra. Me contaba cuentos o me cantaba, hasta que me dormía abrazado a ella. Mi niña siempre ha formado parte de mi refugio, se que ella también la pasaba mal y entre los dos y mamá nos brindábamos esa ayuda y amor que papá ya no nos daba.

MIRA AL CIELO| Siempre Será Nuestra PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora