—Desahógate conmigo...Diana alcanzó al cuerpo recostado de Valentino colocándose de rodillas a sus pies y frotando el rostro sobre su muslo vestido al tiempo que dejaba besos hasta llegar a la entrepierna donde se estaba despertando su excitación.
—No quieres conocerme enojado. Huye, estás a tiempo de salvarte y no meterte en más problemas, bambolina. — dijo mientras colocaba una mano en el cuello de la chica ejerciendo una leve presión.
—¿Y si prefiero meterme en problemas? — con sus manos desabrochó el pantalón del italiano sin importar lo inmovilizada que estaba por su mano.
Al terminar su cometido colocó ambas manos en la cintura de su pantalón y bóxer bajándolos juntos de un tirón, dejando en evidencia lo excitado que estaba. Su masculinidad era en términos generales la más linda que había visto.
Valentino era de tez clara, por lo tanto, la aterciopelada piel que lo recubría era rosada.
—No digas que no te lo advertí, muñequita.
Valentino colocó un codo en la cama para sostener su espalda y con la otra mano dirigir por el cabello a su ingle, cosa que estaba preparada a hacer. Para cuando estuvo cerca se metió su hombría a la boca succionando a lo que él reaccionó echando la cabeza hacía atrás abriendo la boca lanzando un gemido silencioso.
La castaña no esperó indicaciones, alejó sus labios para acumular saliva y continuar en lo suyo no sin antes usar sus manos para sujetarlo de la base. El extendió el brazo que sujetaba su cabello para aproximar su mano a sus labios y meter en ellos dos dedos hasta los nudillos.
—Vamos bebé, no me hagas esperar. — susurró mientras quitaba sus dedos y la sujetaba por la quijada, Diana quitó su mano de un manotazo y se sumergió en él profundamente en la boca, succionando y haciendo juegos con la lengua y las mejillas a lo que para el hombre fue inevitable no gemir y echar la cabeza para atrás a la vez que elevaba las caderas para más profundidad.
Diana comenzó su movimiento ascendente y descendente con más velocidad hasta que llegó a un punto donde su reflejo nauseoso le pasaba factura y recién había llegado un poco más de la mitad de su tamaño por lo que comenzó a ayudarse con las manos.
Valentino era insaciable y quería más, con cada estimulación que le realizaba el hombre la sujetaba del cabello empujando más fuerte indicando la velocidad y la profundidad. Ya no tenía escapatoria por lo que se dejó guiar y la velocidad iba más rápido, tenía los ojos aguados por lágrimas de esfuerzo y no era de ayuda que Valentino haya comenzado a elevar las caderas. Hasta que sintió que estaba cerca y del cuello la alejó dejando hilos de saliva que conectaban su masculinidad a su boca.
—Desnúdate. Quiero acabar dentro de ti. — dijo Valentino. Ella obedeció y con las manchas de saliva dispersas por su quijada y sus mejillas se puso de pie lentamente.
Se abrió la camisa por el nudo lentamente y la dejó caer al suelo quedando con el vestido que tenía. Valentino seguía sostenido por uno de sus codos mientras que su otra mano estaba haciendo el trabajo que había hecho su boca, tenía los ojos semi-cerrados sin detener su caricia, pero a una velocidad lenta. Su hombría estaba brillosa y resbalosa por la saliva.
—Pantis fuera. — exigió nuevamente, ella obedeció volviendo a bajar la falda del vestido que estaba por quitarse. La situación en sí la excitaba de sobremanera también.
Se quitó las pantis, pero cuando estuvo por lanzarlas al suelo Valentino dejó de tocarse para extender su mano y recibirla. Al tener la prenda en la mano la llevó a la nariz para volver a colocarla sobre su erección procediendo a acariciarse con la tela.
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𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒐 ¿𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒐 𝑻𝒓𝒂𝒈𝒆𝒅𝒊𝒂? (+21) Libro I
RomanceHistoria Terminada ✓ Sara Brown, una ex empresaria, se encuentra huyendo tras la repentina quiebra de su compañía, un colapso que la puso en el punto de mira de un poderoso enemigo. En medio de un mundo lleno de fraudes y locura, lo que parece evide...