Capitulo 53

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—¡Oh! Bienvenido a casa Valentino, me alegra verte. — dijo el hombre con una sonrisa cargada de picardía.

—Lamento no decir lo mismo de ti... Andrea Moretti. 

Aquella mañana en la que Valentino llamó sanguijuela a aquel hombre por teléfono se refería a nada más y nada menos que a Andrea.

—¡Ey que dulce! — comentó con sarcasmo. —Como puedes ver te estaba esperando. 

—¿Quién te dejó entrar traidor? 

—No soy un traidor, tú más que nadie sabe eso, además recuerda que somos casi familia.

La tensión era palpable, Andrea recorrió la mirada desde Valentino que lo miraba como si en su mente le estuviese dando una muerte lenta hasta que se detuvo en Diana en la puerta de entrada.

El de ojos verdes quitó su semblante serio, sonriendo nuevamente.

—Hola Diana... ¿Cómo estás? 

—¿Se conocen? — intercedió Valentino en el incipiente dialogo señalando a ambos.

—Si, la conocí una agradable mañana en la panadería... Aunque solo fue de pasada, andaba apurada. 

Por otro lado, el De Luca estudió la reacción de Diana que observaba todo en absoluto silencio. La tensión era latente, especialmente cuando se acercó con paso firme a Andrea que estaba sentado con los codos en las rodillas.

—No puedes estar aquí, traidor. No cuando frecuentaste la panadería antes de que haya pasado la tragedia. ¿Acaso creíste que no me iba a enterar?

Diana quedó con los ojos abiertos, era una acusación muy grande... ¿Por qué haría algo tan vil cuando los Caruso lo trataban con amor? Algo no cuadraba.  

—¡Merda, Valentino! — exclamó en italiano Andrea. —De verdad no estás pensando con claridad. — agregó poniéndose de pie quedando cara a cara con Valentino que reaccionaba sujetándolo del cuello de la camisa.

La mujer presenciaba la situación e intentaba ver si había alguien más cerca en caso que los hombres decidan irse a los golpes pues su contextura no colaboraba mucho, el dueto superaba el metro setenta y ambos de físico atlético.

No conocía al de ojos verdes, pero temía por la fuerza de Valentino. 

—Tienes un par de minutos para hablar y regresar por donde viniste... Es lo que puedo tolerar. — aclaró Valentino liberando el agarre de la camisa de Andrea.

—Yo en tu lugar recomendaría que obedezcas a Valentino, al menos lo haría si fuese inteligente. — comentó Diana de carácter neutral.

—No tengo dudas que ambos son letales, pero quieran o no, van a escucharme porque lo que voy a decir es importante... Me enteré que van a casarse y vine a darles... Su regalo de bodas. — agregó sacando una llave del bolsillo trasero de su pantalón bajo la atenta mirada de la pareja.

 —¿Para qué es esto?

—Es una pista base para que puedan dar con el soplón de la familia. No está muerto porque sé que debía entregártelo respirando. 

—¿Cómo supiste que tenemos un soplón? 

—El señor Caruso era como un tío para mi, crecí con Valentino, Bruno, Stefano, Massimo y Khalid... En la adolescencia trabajábamos para el tío por lo tanto es una mierda que me acuses a mi de traidor. Comencé a sospechar de un traidor cuando fue todo muy exacto ¿No lo creen?

—Interrogamos a los sicarios y dimos con el que dio la orden. — comentó el rizado.

—Genial, yo tengo los medios que nos pueden llevar al soplón...

𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒐 ¿𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒐 𝑻𝒓𝒂𝒈𝒆𝒅𝒊𝒂? (+21) Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora