Capitulo 40 🔞

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Media hora después hizo acto de presencia en la habitación Valentino atravesando la puerta al mismo tiempo que se aflojaba el cinturón quitándolo de su cuerpo. No sabía a ciencia cierta lo que pasaba dentro de su cabeza, pero podía que se trataba de algo macabro y totalmente satisfactorio para él.

Enrolló su cinturón en una de sus manos muy lentamente como a una especia de tortura.

Quería ganar su atención y lo estaba logrando sin esfuerzo alguno. Solo con ese simple movimiento.

—Al centro de la habitación... Ahora. — ordenó y ella obedeció.

Dio una vuelta a su alrededor, acechándola para luego sentarse en el centro de los pies de la cama con las piernas abiertas y ambos brazos sosteniendo su torso medianamente extendido hacia atrás.

—Desnúdate... Completamente. 

Mirándola intensamente con sus oscuros ojos y una media sonrisa. Comenzó a quitarse el vestido por los breteles bajándolo por sus hombros hasta que la tela quedó en el suelo, posteriormente bajó sus manos quitando las bragas por sus piernas quedando junto el vestido en el suelo.

Pasó luego sus brazos al broche del brasier en la espalda, dejando al aire sus pechos quedando desnuda totalmente para él. Valentino en todo el proceso seguía con la mirada los movimientos que hacía la chica deleitándose con la vista.

Diana, solo estaba esperaba la siguiente orden del futuro capo. Solo apreciándola en silencio con una media sonrisa. Se las iba a cobrar todas.

—Eres hermosa... ¿Te lo han dicho alguna vez? — cuestionó, aunque antes de que respondiera, habló de nuevo. — Que pregunta estúpida estoy haciendo, seguro te lo dicen seguido.

Lanzó una risa suave.

—En realidad me lo dijeron cuatro veces, cuatro bocas diferentes... Una mi padre de pequeña, una mi madre de joven, otra el chico que necesitaba que abriera mis piernas para él y la última y mi favorita hasta el momento... La tuya Valentino.

La comisura de los labios del hombre se elevaron de una manera que Diana jamás vio para disimular aquella sonrisa se puso recto en la cama y comenzó a desabrocharse la camisa, mirando el suelo con el objetivo de ocultar el rosa suave de sus mejillas. Con la camisa fuera, ahora era Diana la que se deleitó con la visión del cuerpo de Valentino desnudándose, podría quejarse de algunos defectos de su personalidad, pero jamás iba a negar su belleza.

El hombre en cuestión se desnudó quedando solamente en bóxer azul que contrastó con la claridad de su piel y a la vez marcaba su hombría, que poco a poco mostraba su excitación.

Era una exquisita tortura mirarlo en aquellas condiciones.

—A la cama y abre las piernas para mi. — obedeció automáticamente, pero de forma lenta a modo de tortura para él y él era consciente. —No apuestes un precio que no puedas pagar, mi niña.

—¿Quién dijo que no puedo ganar? — susurró Diana mientras colocaba su espalda en la cama con los brazos cubriendo sus pechos a la vez que abría lentamente sus piernas.

Valentino estaba parado a los pies de la cama, viéndola desde arriba.

—¿Por qué siempre te tapas o acaso aún no eres consciente del deseo en mi que despiertas?

—No soy hermosa como Alessia, tampoco soy perfecta. Pero soy mujer a fin de cuentas.

—Tienes razón. — confirmó alejándose en dirección a una cajonera de uno de sus muebles para sacar un par de corbatas y volver de regreso.

𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒐 ¿𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒐 𝑻𝒓𝒂𝒈𝒆𝒅𝒊𝒂? (+21) Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora