𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒐 ¿𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒐 𝑻𝒓𝒂𝒈𝒆𝒅𝒊𝒂? (+21) Libro I

Capitulo 55

La cena transcurrió tranquila envueltos en un completo silencio.

La noche ya estaba en su máximo esplendor, Diana se encontraba por primera vez incómoda en su propia cama, cama que volvía a utilizar después de un prolongado periodo de ausencia con dudas sobre ciertas acciones de su compañero de casa.

O si estaba de igual manera que ella...

El día fue bastante largo y cargado de emociones recordándose a si misma que necesitaba descansar para el día siguiente. Necesitaba con urgencia dar con el tipo recluido en el matadero, así como también necesitaba descubrir al soplón.

Con varios pensamientos rondando en su mente quedó observando el techo hasta ser sorprendida por el sonido de la puerta de su habitación, dejando ingresar a Valentino con los rizos del cabello alborotado como si hubiese intentado dormir y en bóxer como era tan habitual en él.

—¿Tampoco estás durmiendo? — dijo en tono neutral acercándose lentamente a la cama para tomar lugar del lado que no estaba utilizando la muchacha.

Sin siquiera rozarla.

—No, no siento sueño. Estaba... Pensando que quiero ir contigo al matadero a interrogar a la persona que trajo Andrea. 

—Supe desde un principio que querrías estar presente, pero es algo personal Diana, algo me dice que tiene que ver solo conmigo. Por favor, deja que me encargue de esto... Además... Necesito que te quedes para estar al tanto por los negocios en sociedad que tenemos con Moretti, recuerda que gracias a ti descubrimos el fraude. Tenemos que hablar sobre eso sin mencionar que Moretti dejó en claro que te quiere dentro. 

—¿Cómo que me quiere adentro?

—Quiere que seas activa en las decisiones de la sociedad casi como una consigliere. 

Consigliere era una persona leal de la forma que tiene el significado en italiano de "Asesor" brindando consejería al Don en sus acciones y movimientos. Puesto sumamente importante.

—Tiene que ser una broma... ¡Carajo! No sé si sentirme feliz o si tener miedo... ¿Y si hago mal las cosas? — expresó Diana demostrando una cara de felicidad y una de pánico en menos de tres segundos.

—Eso no va a suceder ¿Tú desorientada? Sería como verme a mi sonriendo todo el día.

—Dijeron cosas fuertes y tú levitaste... Hablando de referencias potentes... ¿Por qué no estás durmiendo? — el italiano intentó ocultar una sonrisa por su comentario.

—¿La verdad? No lo sé...

—No me estás diciendo mucho que digamos, a ver pensemos juntos.

—No primero duerme, deja los pensamientos para mañana... ¿Crees que puedas hacer eso?

—No, pero puedo intentarlo, señor aburrido. 

—Buenas noches, Diana. — dijo Valentino girando en la cama dándole la espalda.

—Que descanses... — susurró Diana girándose hacia la misma dirección viendo la espalda del italiano ante sus ojos.

La nostalgia la invadió, si bien los sentimientos mutuos no habían sido revelados directamente sentía como si estuviesen en su primera crisis de pareja. Cuando Valentino estuvo en posición para descansar sintió su cuerpo más relajado incluso el sueño regresó a él. ¿Qué le estaba sucediendo? ¿O acaso se debía a que estaba sintiendo a Diana dormir en la misma cama que él?

Lanzó unas respiraciones profundas y cuando menos se lo imagino, los brazos de Diana viajaron por su cuerpo logrando abrazarlo desde atrás besando el centro de su espalda para posteriormente sentir pegarse la mejilla femenina en su tibia piel.