Capitulo 3

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El tiempo pasó, 27 días para ser exactos.

Los Galtieri la acogieron como si fuese una más de la familia, velaban por su protección a todas horas, no permitían que colabore en los gastos de las comidas y las necesidades lo cuál era inevitable sentirse un poco culpable y agradecida a la vez porque el dinero que cargaba con ella sinceramente no cubriría ni ⅓ de los gastos ni hablar de la totalidad de este, que de alguna manera estaban destinados a ella. Sin mencionar que le habían brindado un trabajo decente, con paga incluida.

Bruno, por su parte, siempre fue respetuoso, serio y algo distante, no hablaba mucho lo que lo hacía un increíble observador. Comprendió que no lo hacía por alguna razón especifica, solo era cauteloso.

Al comienzo era muy desconfiado, aunque le permitía ayudarlo en las labores del bar, lo que le permitió conocer a dos muchachos empleados en otros turnos que eran vecinos y a su vez amigos muy queridos por la familia.

Gerónimo y Didier eran amables desde un principio, alegraban sus días haciendo olvidar de todo tipo de cosa negativa con sus constantes bromas y algunos chistes que resultaban divertidos de tan malos que eran.

Bromeaban especialmente por cuál sería el color de cabello debajo de aquella peluca de Sara o si estaba calva, de alguna manera resultaba divertido mantener en duda ese aspecto de su persona. Sin embargo, más que por diversión lo hacía por seguridad como lo habían acordado con Bruno. De todas formas, él tampoco sabía el color natural de su cabello y estaba bien así.

—¿Crees que su cara termine en donde empieza esa peluca? — bromeó Gerónimo colocando la franela en la barra.

—No lo sé, pero si eres calva quiero que sepas que no es impedimento por si quieres casarte conmigo. — bromeó Didier. 

—Otra vez con eso... ¿Acaso no te diste cuenta de que te bateó por feo desde un principio? Y si no te dijo directamente es por pena ¿Verdad Diana? — Diana solo se limitó a sonreír.

Diana era el nuevo nombre en código que habían elegido bajo la orden del Sr. Lorenzo para preservar la verdadera identidad y evitar usar las identidades falsas que tenía en caso de algún flujo de información o para volver a utilizarlas de ser necesario.

Cada uno regresó a su trabajo, Gerónimo y Didier traían las cajas de las mercancías que ingresaron mientras que Bruno lo controlaba con el papel en la mano mientras la muchacha organizaba la estantería.

Bruno se alejó por un momento para tomar otra botella de licor hasta que volvió a hablar al momento que subía en el taburete.

—¿Didier me podrías alcanzar un bolígrafo y el otro papel en el escritorio de la oficina de papá? — pidió Bruno examinando el papel que tenía en su mano.

—Claro, solo deja que traiga la última caja y voy por ello. 

—Si quieres puedo traerlos por él... Solo si me permites, claro — concluyó Diana con una media sonrisa inevitablemente nerviosa.

La tensión era palpable los hombres se limitaron a mirar mutuamente en una conversación silenciosa que terminó con un asentimiento final por parte de Bruno.

—Estaré muy agradecido si me alcanzas eso, Diana. — afirmó con seguridad.

Sara salió de la habitación no sin antes escuchar el sonido de varios hombres tomando asiento en los taburetes de la barra y el murmullo de voces hasta perderse en la lejanía del pasillo ingresando a la oficina del Sr. Galtieri.

Cuando estaba de regreso cerca del final del pasillo con el bolígrafo y el papel en mano fue consciente de un fuerte impacto con un cuerpo masculino que tenía un semblante sumamente espeluznante y tenso, aquel hombre colocó una mano sobre su boca mientras su otro brazo aprisionaba su cuerpo hasta hacerla ingresar nuevamente a la oficina principal.

El miedo desde el fondo de su alma paralizo su cuerpo.

El peligro era palpable.

𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒐 ¿𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒐 𝑻𝒓𝒂𝒈𝒆𝒅𝒊𝒂? (+21) Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora