Capitulo 56

240 37 20
                                    

VALENTINO

Valentino despertó esa mañana con algo que lo inquietaba, era muy astuto así como también aceptaba ser guiado por su intuición que hasta el momento no le había fallado.

Levantó de la cama un poco pesaroso de abandonar el calor corporal femenino pegado a él, pero tenía cosas que hacer. Echó el último vistazo a la cama en la cual Diana se veía dulcemente relajada, como era de esperarse se fue no sin antes besar su frente.

***

—Buenos días Dormilón. — dijo Valentino quitando la bolsa de plástico de la cabeza al hombre que estaba atado a la silla.

Cuando los ojos de su victima se acostumbraron a la luz del sol que ingresaba por una pequeña ventana su gesto cambio a uno de absoluto terror al ver a Valentino.

—¿Qué pasó? ¿Te comieron la lengua los ratones? — preguntó con falso humor el rizado. —Veo que Andrea no fue muy amable que digamos... —continuó haciendo referencia al hinchado y desfigurado rostro lleno de sangre seca.

—¿No vas a decir nada?... ¡Manolo! Comienza cuando gustes... — ordenó Valentino mientras traía una res recién carneada colgando de un gancho.

El hombre de nombre Manolo, extendió en la mesa una serie de cuchillos de diversos tamaños y piedras para afilar comenzando el labor de quitar la piel y cosas innecesarias al vacuno utilizando el cuchillo con la maestría de un profesional, cortaba e iba quitando partes mientras las colocaba frente a una mesa como si de un rompecabezas se trataran bajo la tranquila sonrisa de Valentino.

—Eres el despiadado... — afirmó el hombre.

—Si, puede decirse que así me llaman algunos... Dime... ¿Santos o Santoro? No recuerdo bien tu apellido.

—Santoro... Señor. - respondió el sujeto.

Para beneficio de Valentino, había dado en el clavo. Diana había conseguido sacarle a los rusos ese apellido colocándolo como un informante entre el soplón y Phillip.

—Dime hombre... ¿Cuál fue el motivo? Se que fuiste un intermediario entre el que dio la orden y el que se la proporcionó...

—No sé de qué me está hablando, señor. Yo solo soy un simple vendedor. — comentó el hombre.

—Si quieres que me coma ese cuento deberías practicar más porque a esa actuación no te la creíste ni tú. 

Valentino con tranquilidad tomó lugar en la mesa de los cuchillos levantando a todos aquellos que estaban cercanos a él para comprobar su filo desinteresadamente.

—Señor... Yo estoy diciendo la verdad.

Valentino lanzó un suspiro.

—Creo que estás hablando a medias... Pero estoy siendo paciente y se debe a que hoy amanecí de muy buen humor. Si hablas puedes ser beneficiario de mi misericordia. O de lo contrario recibirás el mismo trato que nuestro Manolo le está dando al vacuno.

—No tengo nada que perder, tampoco tengo nada que decir.

—Mientes. Sabes perfectamente la razón por la que estás aquí.

—Estoy diciendo la verdad, puedes matarme incluso como a una vaca y aún así continuarás en la misma situación porque no ganarás ni perderás nada.

—No quiere colaborar... Pónganlo de cabeza. — ordenó Valentino.

El italiano se ubicó en un rincón viendo como el hombre con ayuda de varios guardias del rizado copiaba la misma posición que el animal que tenía en sus manos Manolo.

𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒐 ¿𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒐 𝑻𝒓𝒂𝒈𝒆𝒅𝒊𝒂? (+21) Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora