Capítulo 28

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Mirarla con el cabello revuelto, totalmente desnuda, entregada a él y en su cama le dio el empujón que necesitaba para acabar.

Valentino salió violentamente de su cuerpo quedando sobre ella sostenido por uno de sus brazos mientras se acarició liberando su esencia sobre las sábanas y el abdomen femenino con los ojos cerrados por el placer mordiendo su labio inferior ahogando su gemido.

Quedó estático por unos segundos sobre aquel cuerpo igual de agitado que el suyo. Al abrir sus ojos le dio una media sonrisa y se acercó a besarle los labios para finalmente recostarse a su lado.

Ambos estaban en su espacio personal mirando el techo en completo silencio luego de estar por bastante tiempo abrumados por gemidos y los ruidos producto del sexo que acababan de compartir.

Los minutos pasaban y Diana comenzaba a dormitar, al hacer el descubrimiento se levantó de la cama para entrar al baño y mojar un par de toallas pequeñas con las cuales regresó para limpiar los fluidos en ella.

Chilló al sentir que le abrían las piernas despertando solamente para ver que Valentino le colocó una toalla húmeda sobre su entrepierna para limpiando el desastre que habían hecho juntos. Así como posteriormente limpió los restos que quedaron en el abdomen de la muchacha.

—Val... ¿Qué hora es? 

Diana estaba adormilada.

—Van a ser las 4. Duerme. — respondió Valentino arropándola con una sábana limpia.

—No dormiré hasta que no estés aquí... Animal nocturno. — susurró.

—¿Vas a controlar mi insomnio? 

Ella lanzó una carcajada girando su cuerpo en la cama y Valentino aprovechaba para darle una sonora nalgada.

—Si, señor insomnio. Es usted un adicto al trabajo y al control, y yo.. puedo ayudarle a cambiar eso. — expresó suavemente.

Llevó las toallas a la cesta de ropa sucia del baño y regresó para acostarse al lado de la mujer a la que había intentado fervientemente mantener alejada suyo.

Si bien el sexo con ella había sido fantástico, no quería albergar esperanzas de ningún tipo porque sabía que a la larga saldría lastimado como siempre lo hacía.

Y nada sea un herida emocional, siempre tenía que ver por desgracia con la muerte.

El simple hecho de verla dormir a su lado le despertaba una gran sensación de satisfacción a la vez que inseguridad a la cual no estaba acostumbrado, todavía cargaba con el peso de la muerte de su madre, su hermano Matteo, Massimo y muchos tantos inocentes como... Sofía.

No quería sumarla en la larga lista. Sumado a los contratiempos del hombre del cual ella huía y él, por su parte, poseía muchos enemigos. Las posibilidades de catástrofes eran muy altas. 

Giró su cuerpo para el centro de la cama encontrándose con ese angelical rostro profundamente dormido que comenzaba a quitarle el aliento. No tenía miedo, tampoco dudaba en salir a llenarse de sangre las manos como lo había hecho antes con tal de encontrarla tranquila y dócil a él. Con ese pensamiento en mente, más relajado se durmió.

Valentino despertó a las 5:30 a.m. por la alarma descubriendo que tenían sus cuerpos enlazados, ella se abrazó a él como si fuese un koala. Aunque no iba a admitirlo le fue difícil abandonar ese calor. Se levantó, duchó, vistió y salió de la habitación dando el último vistazo a su cama.

O mejor dicho, a su ocupante. 

***

Los rayos de sol se filtraron en la habitación por la ventana impactando en el rostro a Diana lo cuál la despertó.

𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒐 ¿𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒐 𝑻𝒓𝒂𝒈𝒆𝒅𝒊𝒂? (+21) Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora