Coleguis una amistad enamorada (AiLu)

Parte 35 Me haces feliz

POV Lu

Después de tantos días de echar de menos a mi niña, llenos de estrés, de despertarme temprano y dormir hasta tarde porque tenía que estudiar lo más que se pudiera, al fin estoy en Madrid. Que feliz me hace estar aquí, la mayoría de las personas que me conocen creen que solo vengo por ver a Aidi y no es que estén tan equivocados, desde luego que al estar en Madrid aprovecho para hacer otras cosas, pero indudablemente el principal motivo es ella, mi niña, haría lo que fuera por verle aunque sea solo un momento.

Hoy nuestro reencuentro será diferente, pues aunque casi siempre acordamos vernos en la estación del metro, hoy Aidi tenía algunas cosas pendientes por hacer así que me dijo que me veía en casa de mi tía, más no me dijo a qué hora llegaría, así que aquí estoy esperándola con muchas ansias, deseos de verle y abrazarle, luego de 10 largos dias de estar lejos una de la otra.
Estoy muy a gusto en la cocina platicando con mi tía, también está presente mi primo quien de repente pronuncia ese nombre que de solo escucharlo, se me dibuja una sonrisa en mi rostro, doy la media vuelta y frente a mi está ella, tan preciosa como siempre pero ahora de aspecto un poco diferente. No podía creer lo que estaba viendo, Aida Redru se habia teñido el cabello, mi asombro es tan grande que reacciono dando un pequeño salto hacia atrás y me llevo las manos a la boca, lo único que pude decirle en ese momento es lo guapa qué la veía una y otra vez mientras le daba un abrazo efusivo. Valla sorpresa que me ha dado mi niña, no puedo decir que no me lo esperaba, porque días antes habíamos hablado de éste tema y aunque yo le había dicho que de rubia se veía guapísima, ella quiso sorprenderme y lo logró, pues pensé que se tomaría más tiempo en decidir el cambio.

Después de la inesperada sorpresa que recibimos de mi niña, nos disponemos todos a comer, se que no fui la unica sorprendida en ésta casa, pero si fuí la que más se emocionó de ver el nuevo look de Aidi, valla que aún no termino de asimilarlo.
Ella sabía de mi gusto por las chicas morenas pues en alguna ocasión se lo había comentado, pero ahora aunque ella tuviera el pelo teñido del color que fuese, aun así seguiría provocando todas esas sensaciones en mi.

Por la noche tenemos planes para salir a festejar el cumpleaños de nuestro buen amigo Jesús, también asistirán varias de nuestras amistades y desde luego mi hermana Gabi que le adoro.
Horas después, nos encontramos cenando en el restaurant que hemos frecuentado últimamente y que nos fascina, estamos platicando entre todos los asistentes, pero yo solo puedo concentrarme en Aidi y es que literal que se me cae la baba solo de verle con su nuevo tono de cabello, que combina con el outfit que eligió para ésta noche y ese make up que solo ella sabe aplicarse, madre mía! esta chica hace todo para volverme loca, estoy segura que no pararé de mirarle y estar cerca de ella toda la noche.

Que rápido pasaron  los 4 días que podía estar en Madrid, ahora mismo voy de regreso a Bilbao, sinceramente no me queria ir, pero es nochebuena y estamos en vísperas de navidad.
Es tradición pasar está fecha con la familia, al igual que Aidi pasará estás festividades con la suya, ya habrá tiempo para nosotras más adelante.
No regreso tan triste a casa, pues mi niña me ha dicho que es muy probable que viaje a verme a Bilbao el día de navidad o a más tardar al día siguiente, solo pienso en contar las horas que faltan para ese momento.

Después de la increíble cena de anoche, todos nos hemos levantado un poco tarde, nos la pasamos muy bien en casa del abuelo, admito que me hubiese gustado también estar con Aidi, pero me consuelo al pensar que en los próximos años podremos pasar estás fechas juntas, ¡ojalá!.

Ahora estoy recostada en mi cama descansando un poco, me siento muy feliz de saber que hoy por la noche llegará mi niña, aunque apenas tiene un día que la dejé de ver le echo de menos, ya quisiera tenerle aquí junto a mi, pero tengo que esperar algunas horas más, así que en lo que espero a que llegue ese momento, decido levantarme y ponerme a estudiar para avanzar todo lo que pueda.

A la mañana siguiente me despierto muy temprano para seguir estudiando y asi poder salir cuando queramos. Aún estoy en pijama y Aidi sigue durmiendo, no quiero hacerle ruido porque quiero que descanse, ayer llegó muy tarde a casa y aún debe estar agotada del viaje. Cada que puedo volteo a ver la cama donde está acostada, pienso en lo que me gustaría hacerle compañía y seguir durmiendo, pero debo adelantar todos los temas que pueda, para poder estar sin pendientes y asi disfrutar estos últimos días del año a su lado.

Por la tarde, despues de haber comido y descansado por unas horas en la sala, hemos acordado no salir para que yo pueda seguir estudiando, así que nos vamos a la habitación y mientras yo me pongo a estudiar, Aidi grabará algunos videos que tiene pendientes.
Ya estando en el dormitorio y luego de un lapso de tiempo que llevo estudiando, Aidi se acerca y se coloca detrás mio para ver qué avance llevo. Cómo estoy sentada, ella se inclina hasta llegar a la altura de mi hombro, aprovecho el instante para besar su mejilla, ella no se había acercado antes porque no quería distraerme, pero que más da si me distraigo un poco, yo quiero que esté lo más cerca de mi.

- No te vallas, quédate así unos minutos- le pido mientras me abraza.

-Vale! Solo unos minutos- acepta dándome un beso en la mejilla.

- Si, porfa!- le agradezco que quiera hacerme compañía.

- He echo un vídeo super guay, pero no se si te va a parecer bonito- me lo dice algo dudosa, pues ella no está satisfecha con el resultado de la grabación.

- Si, ahora me lo enseñas- le respondo mientras hago el subrayado.

- ¿Quieres que ya te lo enseñe? Para ir por el móvil- hace por separarse de mi.

- ¡Espera no te vallas! quédate asi un momento mas que estoy recargando las pilas- le expreso al mismo tiempo que se nos dibuja una sonrisa a ambas.

Estudiar teniendo la compañía de Aidi es súper guay, pues que ella esté junto a mí, aparte de darme esa energía extra que me falta, me brinda esa tranquilidad y me da los ánimos suficientes que a veces necesito para seguir adelante y así dar todo de mi.