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Un gran circulo de fuego se formó en las manos de Auron,quien lo lanzó hacia la barrera,quemando esta en cuestión de segundos.

Spreen,quien acababa de salir de su shock,corrió hacia su pareja (aprovechando que Auron y Roberto habían roto la barrera).

Su sangre hervía como ninguna vez se lo había imaginado.

Tomo a Juan entre brazos,alejándose de todos.

--Juan...Maldito estupido,no me hagas esto...--Pidío con los ojos cristalizados.

Tomo la mano del castaño,dejando un pequeño beso en esta.

Sintio como su cuerpo se llenaba de energía,de esa fuerza/valor que le faltaba en ese preciso momento.

Los ojos de Juan se abrieron,pero estos ya no tenían aquel característico color miel.

Sus ojos eran totalmente distintos,uno era lleno de colores pasteles,con una pupila en forma de rombo y el otro era totalmente negro,sin colores.

--¿Juan?--Este ignoro totalmente su llamado,y se levantó sacudiendo su traje de hechicero.

--Odio tener que luchar contra basuras como este tipo--Murmuro extendiendo su mano hacia el híbrido quien estaba anonado por aquella forma en la que se habló.

Con algo de duda tomó su mano,levantándose del suelo.

--Tu y yo hacemos un buen complemento--Juan tomo una espada de diamante y se la dio.

>>-Vamos

Lo soltó y se dirigió junto a los demás.

Auron estaba cansado,intentando que sus ataques le dieran al profeta,pero esto parecía algo imposible.

Con ayuda de Roberto,los ataques del español eran más fuertes,pero no lo suficientes.

El aire empezó a ser más fuerte,haciendo una especie de danza al rededor del profeta.

Era algo así como un remolino de fuego.

Ari vio a Juan y sonrió,este asintió y entonces varias plataformas se formaron a sus pies,tomo la mano de Spreen y se impulsó hacia donde estaba el profeta.

--¡Sabes que hacer!--Le grito al pelinegro quien parecía no tener idea,pero solamente se dejó llevar.

Algunas plantas con espinas se formaron a su alrededor y estás salieron disparadas hacia el profeta,quien levitaba en el aire.

Las plantas se enredaron en sus pies,jalandolo al suelo.

Spreen rápidamente se acercó,y sin ningún remordimiento clavo la espada en el pecho del hombre.

Drako se acercó al oso, jalandolo para que se alejara de ahí, pues una esfera rodeó al profeta.

Aquella esfera se alzó por los aires,y a tan solo unos metros estalló.

Aquel grito proveniente de Ari hizo que Juan saliera de sus cinco sentidos.

𝐑𝐎𝐎𝐌-𝑺𝒑𝒓𝒖𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora