Habían acontecido muchas cosas desde la última vez que Augus había visitado la casa de Minseok. La que había sido también la casa de Monde. No era porque el fallecido líder de alfa no lo invitara a cenar cada que tuviera oportunidad, sino porque sabía que alguien en esa casa no dejaría de verlo como un invasor, y esa era Sun ah, la madre de Xiumin.
Entendía el rechazo de la mujer hacia él, la verdad es que nunca se esforzó por sugerirle a Monde que pasara más tiempo con su esposa para que ésta no sintiera celos. Augus nunca forzó a su mejor amigo a nada, él siempre quiso que Monde estuviera donde verdaderamente quería estar, y si eso era a su lado, él no podía hacer nada.
Una mujer mayor con ojos grandes y sonrisa amable abrió la puerta, hizo una especie de reverencia al verlo y esto hizo reír levemente a Augus quien, pese a los años que llevaba siendo gobernador, aún no lograba acostumbrarse del todo a que algunas personas lo trataran como un rey, que era la forma en la que trataban al gobernador anterior. La mujer lo hizo pasar y lo invitó a tomar asiento en la sala mientras informaba en medio de un bien camuflado entusiasmo que iría a buscar a "la señora". Augus agradeció ingresando a la sala, más no tomó asiento.
—Sí me lo permite, su señoría, y con todo respeto —empezó a decir la mujer juntando las manos y sonrojándose un poco— Usted es tan hermoso como todos dicen, con permiso.
Como toda una niña coqueta no esperó para ver la reacción de Augus, sino que solo volteó y desapareció por el pasillo a paso ligero. Augus se sonrojó, hacía mucho tiempo que nadie lo llamaba así. Hermoso. Asumía que para el resto no valía la pena mencionarle lo obvio, solo era cosa de verse al espejo, ya que, si hablaban de atributos físicos, nadie podría negar que él seguía viéndose atractivo a pesar de la edad.
Esperó en el centro de la habitación con sus manos atrás.
Un par de minutos después apareció Sun ah con un vestido verde oscuro, sus labios pintados de rojo y las líneas marcadas en las comisuras del labio superior. Se paró frente a él y lo abofeteó tan fuerte, que volteó el rostro de Augus hacia el lado. El gobernador llevó su mano a la mejilla sintiendo como el calor abrasante subía y el dolor se apoderaba de la mitad de su cara.
—¡Sé que entregaste a Chen a esos lobos hambrientos, maldito hipócrita!, ¿cómo pudiste? —Le dio un empujón y Augus dio un paso atrás—. ¿Cómo pudiste hacerle esto a mi Xiumin?, al hijo de tu mejor amigo.
Lo abofeteó en la otra mejilla y ese golpe dolió incluso más que el primero.
—Esto es por los demás. Suho, Lay, Baekhyun, Chanyeol y mi hijo están... destrozados —su voz se quebró— ¿Esto es lo que querías para ellos?, ¿para esto los entrenaste?
—Claro que no —se apuró Augus en responder, enderezando su cabeza.
—¡Entonces por qué los obligaste a convertirse en esto!, para la próxima, enfrentate en persona al gobernador de esa maldita ciudad y no metas a estos niños, a los que tanto dices querer, en eso —el mentón de Augus tembló—. ¿Por qué los obligaste a salir persiguiendo como perros algo que no conocían?, ellos te obedecieron y las cosas se salieron de control por eso. Por si nadie se atreve a decírtelo, Augus, eres tremendo imbécil.
Él guardó silencio. La dejó hablar e incluso esperó una tercera bofetada y tal vez una cuarta o una quinta. Entendía que ella estuviera molesta, por muchas cosas, entre ellas lo mal que todo había acabado y porque la mitad de la ciudad estaba destruida, por tener que convertir su casa en un pequeño sanatorio.
Y por haber sentido que compartía a su marido con alguien como él.
—Vine a verlos —murmuró.
Sun ah apretó los puños y todo el cuerpo de Augus se preparó para recibir otro golpe.
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ÁNGEL NEGRO [EXO FANFIC AU]
ФанфикFinalizada. Nueve jóvenes que estaban destinados a ser invencibles guerreros fueron divididos por la traición. Un ente desconocido, apodado el ángel negro, está llevando el caos a los pueblos. Es entonces cuando comienza la búsqueda de los guerr...