Un verdadero Alfa

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—¿Kyungsoo? —volvió a llamar el rey, las murmuraciones cesaron para dar paso a un silencio sepulcral que penetró hasta en el último rincón del salón. Todos pudieron apreciar como la voz del gobernador, siempre grácil e inalterable, se alzaba demostrando su angustia. —¿Dónde estás, Kyungsoo?

—Ya no soy un niño para que me hables de esa manera —dijo el muchacho, atendiendo al llamado. Alzó también su voz para hacerse notar entre la multitud. Quienes estaban adelante de él voltearon y, guiados por el morbo que les producía el enfrentamiento que se avecinaba, se hicieron a un lado para que el rey pudiera vislumbrarlo por fin.

Entrecerró los ojos y tragó saliva para menguar su deseo inherente de gritar, sentarse con ese mocoso en sus piernas para propinarle unas buenas nalgadas; y esto no tenía nada que ver con lo sexual, amigues, simplemente era él quién ya estaba hasta las pelotas. Sin embargo, sabía muy bien que ya era demasiado tarde para ese tipo de castigos, pues un árbol que ha crecido torcido, no se puede enderezar ya de adulto.

Al parecer comenzaba a suceder lo que Monde y Augus temían.

—Qué te sucede, Kyungsoo, ¿hice algo que te molestó? —Era consciente de que ese no era el mejor lugar para discutir de todo aquello que nunca se atrevieron a encarar a solas; no obstante, si se desataba la rebelión en ese minuto, era muy probable que la oportunidad de tener al gobernador y a su rebelde polluelo frente a frente jamás se repitiera.

El chico de grandes ojos cruzó los brazos en su pecho y frunció el ceño en señal de total rechazo, mientras el gobernador dejaba caer los hombros.

Ahí estaba otra vez, Kyungsoo deseó plantarle un puñetazo en la cara pues no era precisamente tolerante a ese tipo de personas. Ya no soportaba esa faceta de rey bueno y justo ¡Lo odiaba!, le parecía tan ridícula esa actitud puritana que utilizaba para preguntarle a su niño qué estaba haciendo mal delante de todos, aún cuando poco menos su "muchacho" le estaba clavando una brutal puñalada. Tenía casi la certeza de que Augus solo estaba haciendo eso para quedar bien, y dejar a Kyungsoo como el niñato rebelde que era.

Debía aceptar que él mismo había provocado que los hechos se desencadenaran de esta forma, frunció sus labios gruesos en una línea y una mano sutilmente temblorosa apretó la solapa de su chaqueta marrón con un nerviosismo que no dejó entrever tan fácilmente. Por fin estaba ante el momento que había estado esperando. Era la oportunidad indicada para confrontar al rey, debatir sus ideas descabelladas y voltear a su favor la perspectiva de los ahí presentes, Alfas y no Alfas. Era el momento justo para dejar mal delante de todos al gran rey de la nación, ganándose la merecida admiración y el renombre entre los pueblos por ser "El hombre que encaró al Rey Blanco", todo esto si escogía muy bien las palabras para hacerlo.

—¿Poner a Xiumin a liderar a los Alfas te parece poco? —espetó, soltando los brazos y extendiendo las palmas hacia el gobernador, tratando de lucir seguro; y lográndolo. —Cuando dijiste que escogerías a un líder joven creí que me escogerías a mí, y no a ese...mequetrefe solo porque es el hijo de Monde ¡Míralo! ¡Él es incapaz de liderar nada! —Dejó escapar el aire y al ver que el rey no le respondía, continuó: —Creí que esto no funcionaba con la ley de "L'État, c'est moi" que estás imponiendo, ¡la gente también tiene una opinión!, y no queremos ser liderados por el hijo de papá que tuvo la suerte de heredar ese cargo, ¡queremos que haya una democracia! Queremos ser liderados por alguien que tenga inteligencia y astucia, más que por un chico lindo con un rimbombante apellido, "hijo D" y con bonitos sentimientos. ¡Se necesita más que eso para liderar una dinastía de guerreros de la categoría de los Alfas!

El rey blanco continuó silencio, le reconocía el derecho a expresarse libremente como bien le pareciera y respetaba que el muchacho fuera realmente valiente hasta el punto de alzar la voz en representación del pensamiento de muchos. Sin embargo, en sus ojos heterocromáticos pudo vislumbrarse un destello de tristeza; eso no lo podía ocultar, ni pretendía hacerlo.

ÁNGEL NEGRO [EXO FANFIC AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora