Naomi García

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Narra Naomi:

Solo era una maldición. Un destino ya dictado y cinco cristales que nos mantienen vivos, aunque no por mucho tiempo.

Somos prisioneros de las costumbres familiares, y si tenemos en cuenta nuestra posición, debíamos dar el ejemplo. No desobedecer las órdenes, o de lo contrario pagaríamos las consecuencias.

Siento que solo soy un triste pajarito atrapado en una jaula hecha de oro.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Estaba sentada en una de las sillas de la cafetería leyendo un libro cuando de repente un chico se acerca a mi gritando.

???: ¡Hola, soy Mark Evans! ¿Te gustaría unirte al club de fútbol?

Naomi: No es de mi interés —respondí sin apartar la vista de mi lectura.

Mark: ¡¿Qué?! ¡Por favor, únete al club! —volvió a pedir.

Solte un suspiro y cerré mi libro.

Naomi: ¿Qué tal si hacemos un trato? —sugerí—. Por lo que veo eres portero ¿no? —asintió—. Entonces hagamos esto, si logras detener aunque sea uno de mis tiros, me voy a unir, de no ser así...

No pude terminar de hablar, ya que Mark me agarró de la mano y me arrastró hasta el campo de fútbol. Se ve muy emocionado, ¿será capaz de evitar un gol? Esto será divertido. Cuando llegamos cada uno ocupó su respectivo lugar, Mark en la portería, yo a varios pasos de distancia de él, y frente a mi cinco balones.

Naomi: ¿Estás listo Mark? —pregunté con una sonrisa.

Mark: ¡Si!

Y patee con fuerza el primer balón, levantando a la vez una nube de polvo. El balón fue directo a la portería, y aunque Mark intentó detenerlo no sirvió de nada. Pasó lo mismo con los otros tres tiros, pero me sorprendió como se lenvantaba a pesar de todo.

Mark: ¡Otra vez! Aún te queda un balón, por lo que todavía hay esperanza —gritó.

¿Esperanza? Que chico tan raro he conocido.

Naomi: ¡Aquí voy! —avisé pateando el único balón que quedaba.

Mark: Pase lo que pase. ¡Lo voy a detener!

Veo como Mark coloca sus manos al frente para intentar detener el balón, pero...

¡PUM!

Vaya, directo a la cara.

???: ¡Mark!

Volteo al escuchar una voz a mis espaldas. Una chica de pelo corto se acerca corriendo para ver el estado del portero tirado en el piso. Me acerco a ellos también para ver el estado de Mark. Aunque me sorprendo al ver como se levanta de la nada del suelo y se acerca a mi con una gran sonrisa.

Mark: ¡Eso fue increíble! ¡Tus tiros poseían una fuerza asombroza!

¿Por qué está tan feliz? Acaba de perder. O tal vez no del todo.

Naomi: Gracias, pero teníamos un trato y gané yo.

Mark: ¿Eh? Lo siento, se me había olvidado. Tienes razón, has ganado tú.

Naomi: La verdad, creo que más bien hemos ganado los dos —me mira confundido—. Me voy a unir al club de fútbol.

Observo como a Mark y a la chica de pelo corto se les ilumina los ojos. Ambos muestran una gran sonrisa de felicidad.

Mark: ¡Si! ¿Has oído eso Silvia? ¡Tenemos un nuevo miembro, voy a avisarle a los demás! —gritó antes de salir corriendo.

Silvia: ¡Espera Mark! Ya se fue —susurró. Dirige su mirada hacia mi—. Hola soy Silvia, es un gusto conocerte.

El Legado Del Fútbol (Inazuma eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora