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—Buenas noches damas y caballeros, espero que tengan listas sus billeteras para sus apuestas, se acepta efectivos, motos, coches y hasta departamentos—Decía uno de los hombres.
Estaba en una de las "Cavernas" o así lo llamaban, de Leonardo, donde se celebraban principalmente las peleas clandestinas.
Uno de los hombres, al parecer el anfitrión de la noche, animaba a los presentes a apostar con entusiasmo mientras los contendientes se preparaban en la sombra.
Las luces se apagaron momentáneamente para dar paso a la entrada triunfal de los peleadores. El primero en salir era un chico alto, musculoso y de cabello oscuro, que caminaba con una confianza palpable hasta el ring, golpeando el aire con ferocidad.
—Y ahora, el favorito de la noche, el rey del ring.—Habló el comentarista.
De esa misma puerta salió otro chico, también igual de musculoso que el anterior, pero este era rubio. Al parecer era famoso aquí, pues la gente gritaba su nombre con mucho entusiasmo y admiración.
Los dos se enfrentaron en el centro del ring, intercambiando miradas desafiantes antes de que sonara la campana para iniciar la pelea.
El pelinegro fue el primero en tirar un golpe, el rubio logró moverse a tiempo antes de que el puño del otro se estrellara contra su cara.
El rubio no tardó en devolver los golpes, le dio un golpe y perdió el equilibrio dando lugar a que el pelinegro le dé una fuerte patada en su abdomen. El rubio se levantó y empezó a dar golpes pero era en vano el otro ya había cogido ventaja.
Sonó la campana avisando la final de la primera ronda.
En la segunda ronda era casi de lo mismo hasta que el rubio le dio un golpe en la cabeza, haciendo que se desorientada un poco y le dio una patada haciendo que el pelinegro se cayera en la lona del ring. La campana había sonado varías veces, el rubio había ganado.
El encargado de la pelea va hacia el rubio y le agarra de la mano subiéndola hacia arriba.
—Niclas "The king" ¡Gana!—Gritó el encargado.
"Niclas" así que así se llamaba el rubio.
Una vez que terminó la pelea, salí del lugar y me dirigí hacia donde el chofer nos esperaba para llevarme de regreso a la mansión. Habían pasado tres días desde la revelación en la fiesta y desde entonces no había visto ni a Leonardo ni a Salvatore. Mi mente se llenaba de preocupaciones sobre qué habría sucedido después de que aquel hombre entrara a la cocina y llamara a Salvatore urgentemente.
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Convertida en Mafiosa #1
Roman d'amourDayla Wilson, la hija del empresario más influyente y enigmático de Seattle, lleva una vida aparentemente común. Como estudiante de derecho, aspira a convertirse en una de las abogadas más destacadas del país. Sin embargo, tras la fachada de normal...