Dayla Wilson, es la hija del empresario más influyente y enigmático de Seattle, ella lleva una vida aparentemente común.
Como estudiante de derecho, aspira a convertirse en una de las abogadas más destacadas del país. Sin embargo, tras la fachada d...
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Estaba de pie, observando a los dos hermanos mientras ellos nos miraban a todos los presentes. Los dos hombres que antes me molestaban también esperaban atentos a lo que Andrey y Alexei dirían.
Después de unos segundos, los ojos de Alexei se encontraron con los míos. Su mirada era bastante intensa y fría, como si intentara descifrar qué hacía yo allí. Aunque yo era la única mujer en el lugar, iba a demostrar mi valía. Si no lo hacía, todo lo que vine a hacer aquí, no podré llegar a hacerlo.
Andrey, el hermano mayor, también me miraba, pero con curiosidad.
¿Acaso nunca habían visto a una mujer o que?
Dejé de pensar en eso cuando Andrey comenzó a hablar.
—Hola a todos. Como sabéis, necesitamos gente para unirse a nuestras filas —Anunció Andrey en voz alta, su voz resonando en todo el gimnasio—. Pero para eso deberéis pasar algunas pruebas, para ver si estáis capacitados para lo que se os encargue.
—Las pruebas que haréis no sólo serán de habilidades físicas, también de resistencia, inteligencia y lealtad.—Siguió hablando Alexei.
—Solo aquellos que demuestren estar dispuestos a darlo todo tendrán la oportunidad de unirse a nuestras filas.—Terminó de hablar Andrey.
Dicho todo eso, todos nos pusimos en fila, preparándonos para la primera parte de la prueba.
Notaba a las personas que estaban a mi alrededor, con miradas de confianza, otros con nerviosismo palpable incluso otros con sus miradas puestas en mí, pero yo no estaba dispuesta a mostrar ninguna debilidad.
Si o sí tendría que pasar todas las pruebas, sino sería más difícil conseguir alguna información que me ayudase.
—La primera parte de la prueba consistirá en una serie de desafíos físicos y de resistencia, solo los que más preparados estén lograrán superarlos—Andrey nos miró fijamente, transmitiendo la seriedad de lo que esto significaba.
Al empezar la prueba, empecé a correr por un laberinto de obstáculos al igual que los demás, escalaba muros, arrastraba neumáticos y completaba una serie de ejercicios agotadores.
Yo me movía con agilidad y determinación, superando cada uno de los obstáculos con precisión y rapidez. No iba a negar que si me costaba un poco, pero no iba a dejar que lo notasen.
La segunda parte de la prueba involucraba enfrentar a oponentes en combate cuerpo a cuerpo. Me enfrenté a varios adversarios, cada uno más hábil y agresivo que el anterior.