Dayla Wilson, es la hija del empresario más influyente de Seattle, ella lleva una vida como cualquier persona normal.
Como estudiante de derecho, aspira a convertirse en una de las abogadas más destacadas del país. Sin embargo, todo cambia una noch...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•••••••••
No, no podía creerlo. ¿Qué tendría que ver George con todo esto? Mi mente se inundaba de preguntas mientras intentaba comprender si él estaba realmente implicado.
Pero, aunque así fuera, no podía juzgarlo a la ligera. George, a pesar de saber que no era su hija biológica, siempre me trató como si lo fuera. Era una buena persona, incapaz —o eso creía yo— de involucrarse en algo tan turbio.
Y así como yo no lo imaginaba en este mundo, él tampoco sabría nunca lo que yo estaba haciendo ahora.
Las voces en la sala seguían fluyendo, cada palabra que decían me revolvía más el estómago. Sin embargo, debía mantener la compostura. No podía permitirme que notaran nada.
—¿George Wilson? ¿El empresario que aparece en las noticias? —comentó uno de los asistentes.
—Él mismo —confirmó Alexei sin rodeos.
—¿Cómo que aparece en las noticias? ¿Qué pasó? —intervino Sasha, curiosa.
—Dicen que su hija fue secuestrada. No hay detalles claros, pero la policía está investigando a fondo. —explicó el hombre con tono serio.
Sus palabras me cayeron como un rayo. Oírlas me removía por dentro. Todo esto se volvía demasiado personal.
—¿Tú llegaste a conocerla? —le lanzó Sasha a su hermano con una ceja levantada.
Alexei se quedó pensativo unos segundos, y luego soltó con frialdad:
–Sí. Pero solo la vi una vez, ya ni me acuerdo de ella.
Me alivió saber que no me recordaba. Era mejor así. Cuanto menos supiera de mí, más segura estaría.
Agradecí internamente cuando cambiaron de tema. Ya no quería escuchar más sobre George. Pero la tranquilidad duró poco: ahora empezaron a hablar de Leonardo.
Esta podría ser mi oportunidad para obtener algo útil.
—Me enteré de que le robaron cargamento a los Capone. Buena jugada. No debe haber sido fácil, son una de las mafias más poderosas —habló otro hombre, con cierta admiración.
—Si, estuvo fácil, gracias a un contacto que tengo dentro de la mafia italiana, pude hacerles esa emboscada .—Agregó Alexei.
—No me digas que tenéis un topo—Dijo el señor.
Alexei sonrió.
—¿Quién?—preguntó.
—Alguien muy cercano a ellos, más bien, diría que de su propia familia. —dijo con una pequeña sonrisa en su rostro.
Esto fue la gota que derramó el vaso, estaba diciendo que el propio traidor era alguien cercano a Leonardo, esto sí que no me lo esperaba. Pero bueno para algo estaba aquí, para poder averiguarlo.