Dayla Wilson, es la hija del empresario más influyente y enigmático de Seattle, ella lleva una vida aparentemente común.
Como estudiante de derecho, aspira a convertirse en una de las abogadas más destacadas del país. Sin embargo, tras la fachada d...
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1 semana después
Luego de lo ocurrido pudimos traer el cuerpo de George hasta Seattle para poder hacerle su funeral.
Su funeral fue un evento muy repentino, la gente no se creía lo que había sucedido.
Salimos en todos los noticieros, "La hija del empresario George Wilson aparece tras varios meses desparecida" "George Wilson fallece tras haber rescatado a su hija de sus secuestradores" eso era lo que se escuchaba estos últimos días.
Tuve que mentir diciendo que realmente estuve secuestrada. Pero bueno, fue algo que no di mucha explicación, algo que los policías entendieron. Quisieron darme atención psicológica, por lo vivido en el "secuestro", y bueno, estoy fingiendo que realmente estoy afectada para que no sospechen.
Al volver a Seattle sentí una nostalgia muy grande, de volver a mi antigua casa, al ver de vuelta a mis amigos, sobre todo a Anna, recuerdo que casi se desmaya cuando me volvió a ver. También me alegré mucho de verla, pero sobre todo a la que eche más de menos fue a Kira, mi perra.
Kira se volvió como loca cuando me vió, corrió hacia mí, ladrando y moviendo la cola con demasiada alegría. Sabía que me había echado muchísimo de menos al igual que yo a ella. Al fin y al cabo la tuve desde que era un cachorrito.
Pero bueno, ahora se podría decir que era "una persona pública" la gente todavía quería saber en donde estuve todos estos meses. Pero eso será algo que nunca contaré o que no contaré la verdad para ser exactos.
Anna tampoco me quiso preguntar mucho, algo que realmente le agradecí, seguramente se lo acabe contando más adelante, pero mientras tanto será mejor guardar mi secreto.
Amelia por otro lado se estaba recuperando poco a poco de la muerte de George, será algo complicado para nosotras, pero sabemos que él ahora estaba en un lugar mejor y que nos estaría cuidando adonde quiera que esté. Justamente la ceremonia se dio lugar en nuestro jardín de la casa, ahí vinieron todos, amigos, familiares más cercanos a George y a nosotras.
Solo estuve una semana en Seattle, por los preparativos del funeral y la ceremonia. Debía volver a Italia, ahora mi vida era otra, no podría seguir haciendo lo que hacía antes. Ahora me tocaba encargarme de otras cosas.
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Varias horas después
Cuando llegué nuevamente a Italia, me fui directamente al hospital donde habían trasladado a Leonardo.
Sintiendo el peso de mi corazón me dirigí hacia la puerta del hospital, mis pasos resonaban en los pasillos mientras caminaba. Al llegar a la habitación, encontré a Leonardo acostado en la cama, conectado a varias máquinas y monitores, su rostro estaba pálido.
Me acerqué a él, tomé su mano sintiendo el calor de su piel y la suavidad de sus dedos inmóviles. Las lágrimas amenazaron con desbordarse de mis ojos mientras observaba a Leonardo.
No podía perderlo a él también.
—Leonardo, por favor despierta—Susurré con la voz entrecortada.
Pero Leonardo permaneció inmóvil, como si estuviera atrapado en un sueño sin fin al cual no podía despertar.
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Dos días después
El estado de Leonardo todavía seguía crítico, los médicos no podían dar garantías sobre su recuperación.
Todavía seguía en coma.
Mientras tanto, yo tuve que tomar el cargo de la mafia y ahora mismo era la jefa de la mafia italiana. Era algo que tendría que pasar si o si por lo que no me tomó por sorpresa cuando Salvatore me lo dijo, que debido a la salud de Leonardo alguien debía tomar el cargo, pues para qué esperar. Lo tomé yo.
Sé que esto no será fácil, pero, de una cosa estaba segura. Y es que, los Lebedev pagarán por lo que hicieron.
Me quitaron a una de las personas que más quería en este mundo.
No descansaré hasta que esa familia pague por lo qué hizo.
Creedme que ni yo misma me reconozco al pensar así, pero cuando te quitan algo que amaste mucho, solo quieres que la gente que lo hizo pague por ello.
Sangre por sangre.
Así es esto, si matan a uno de los míos, yo tendré que matar a uno de los suyos.
¿Cual?
No lo sé.
Pero esa persona pagará y punto.
Ahora estaba en un momento de mi vida donde todo me daba igual. Ahora sí que me odiarán, pero con razón. Les joderé tanto, hasta tal punto que desearan no haberse metido conmigo.
Ahora seré una nueva versión de mí, una que ni a mi misma me gusta, porque esta nueva versión de mí, es de toda menos amigable.
Así que.
Que se preparen porque desde hoy nació una nueva Dayla.
Porque aunque la gente ya lo sabe, soy Dayla Capone, hija del mafioso más poderoso de Italia y yo...... La nueva jefa de la mafia Italiana.
Tendré que hacerle honor al apellido.
¿O no?
Fin
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