Dayla Wilson, la hija del empresario más influyente y enigmático de Seattle, lleva una vida aparentemente común.
Como estudiante de derecho, aspira a convertirse en una de las abogadas más destacadas del país. Sin embargo, tras la fachada de normal...
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Me desperté con los primeros rayos de sol que se filtraban por las cortinas, iluminando la habitación.
Me giré suavemente para encontrarme a Alexei durmiendo plácidamente. Ayer se había puesto bastante celoso, me tocó calmarlo sino juraría que se hubiese ido tras Yoshi.
Miré el reloj, era ya mediodía, joder había dormido mucho. Me dispuse a levantarme de la cama pero unos fuertes brazos me agarraron de la cintura impidiéndome levantarme.
—¿Ni los buenos días me das?—Me susurró Alexei en el oído.
—No ves que hora es—Señalé el reloj de la mesilla—Ya es tarde.
—¿Y? Estas conmigo, no te preocupes.
Se incorporó a mi lado dándome un beso corto en los labios y se levantó de la cama.
—Por cierto, a las 3 tengo una comida con unos socios, prepárate irás conmigo.—Dijo mientras se vestía.
—Si, está bien—Asentí.
Me quede viéndolo mientras se vestía, observando cómo los rayos del sol delineaban sus facciones. Este hombre era realmente hermoso. Hasta aveces me asustaba un poco que me llegase a gustar más, no quiero enamorarme de él. No debía prácticamente.
—Me encanta que me admires.
Rodeé los ojos.
—Más quisieras.
Me sonrió acercándose a mí dándome un último beso.
—Adiós hermosa.
Se despidió de mí y salió de la habitación.
Yo me quedé unos instantes sentada en el borde de la cama, dejando que mis pensamientos fluyeran.
Pero el sonido de un móvil me hizo levantarme, fui a agarrar el móvil que me había dado Leonardo, al encenderlo vi que me había mandado un mensaje.
"El sábado a las 4 de la tarde, sal de la mansión y ve todo recto a la derecha, en la esquina habrá un coche rojo, adentro habrá uno de nuestros hombres, el te ayudará a venir de vuelta a Italia "
Miré atentamente el mensaje recordándolo, pues ya está, el sábado volvería de nuevo a Italia, solo faltaban 3 días. Por un lado era lo mejor, estando aquí era muy arriesgado para mí, si alguno de los hermanos se enterase de quien soy, estaría muerta o quien sabe que me harían.
