NOVENO✨

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Los rayos del sol se filtraban por una leve abertura de las cortinas y pegaba directamente sobre el rostro de Hoseok provocándole un ligero malestar, se removió lentamente, mientras pasaba una de sus manos por sus ojos, de pronto como si le arroja...

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Los rayos del sol se filtraban por una leve abertura de las cortinas y pegaba directamente sobre el rostro de Hoseok provocándole un ligero malestar, se removió lentamente, mientras pasaba una de sus manos por sus ojos, de pronto como si le arrojaran un balde de agua fría, todos los recuerdos de lo ocurrido en la noche llegaron a su mente.

Se levantó abruptamente , su corazón latía frenéticamente provocando que se le dificultará respirar, aquel chico arrogante y soberbio no estaba presente, en cambio estaba uno que se encontraba totalmente asustado y vulnerable, se sentía débil, odiaba esa sensación de inferioridad que se esparcía por su cuerpo. 

Comenzó a mirar en todas direcciones, su respiración se fue calmando al percatarse que aún se encontraba en la mansión, precisamente en la habitación de su guardaespaldas.

Un bulto en uno de los sofás llamó su atención, por lo que se levantó lentamente procurando no realizar ni el más mínimo sonido, no estaba seguro de qué o quién podría estar ahí.

Sorpresa y ternura fue lo que sintió al ver a Min totalmente encogido en tan pequeño espacio, se podía percibir su incomodidad, el castaño se agacho hasta quedar a la altura de su rostro, Se dedicó a inspeccionar aquel semblante que se encontraba con el ceño fruncido y una leve curva en sus labios. 

—Ni cuando duermes dejas de ser un gruñón —susurro Hoseok, con su dedo índice delineo el contorno de sus labios, su pequeña nariz, sus párpados, intentaba memorizar cada detalle de su rostro, impregnar en la yema de su dedo la suavidad de su piel, una sonrisa se había asomado sin permiso en sus labios —Gracias por salvarme.

Retiró rápidamente su dedo cuando noto que Yoongi se removió levemente, se levantó y retrocedió unos pasos, la sonrisa que había dejado escapar se borró repentinamente. 

—¿Qué estoy haciendo?, es su trabajo cuidarme —Pasó una mano por sus cabellos, se giró en dirección a la puerta, cuando llego tomo el pomo dispuesto a salir, pero giró levemente para mirarlo una última vez —Te pagan por mantenerme vivo, no debo confundir las cosas.

Se dirigió a su habitación, necesitaba un baño tibio para poder aclarar sus ideas y borrar todas aquellas sensaciones que pudo experimentar con tan solo un rose sobre su piel, poder matar de una vez eso aleteos que se esparcían por todo su estómago con tan solo imaginar los labios de Min.

Cerro los ojos y dejoque el agua comenzará a recorrer su cuerpo, pero para su desgracia lo primeroque llegó a su mente, fueron los recuerdos de aquella vez que pudo sentir como el guardaespaldas acariciaba su piel, como sus labios recorría gran parte de su cuerpo logrando estremecerlo.

—No, no... Maldita sea, soy Jung Hoseok... no puedo dejarme llevar por una simple ronda de sexo.

Al momento de terminar su rutina, aplicando cremas y leve maquillaje para resaltar sus facciones, busco la ropa más apropiada y salió en dirección a la cocina, necesitaba con urgencia un abrazo y los mimos de su querida nana.

Déjame Cuidarte (Yoonseok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora