CAPÍTULO OCHO

209 28 51
                                    


𝐔𝐍𝐀 𝐂𝐀𝐒𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐀́𝐑𝐁𝐎𝐋 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐄


—Tengo que entrar a esa tienda, Harry —le dijo a su amigo que estaba parado a un lado suyo mientras contemplaba la manera de entrar a la tienda y saber lo que adentro ocurría.

Harry lo miró serio, pero poco a poco una media sonrisa se formaba en su rostro, su cabello casi platino cayó para ocultarlo.

—¿Te ayudo? —Esperó a que le diera la mirada cómplice que para los Perdidos significaba aprobación—. Déjamelo a mí.

Le susurró algo a los gemelos, estos se miraron y comenzaron a hablar en otro idioma, uno que nadie en la isla entendía.

Êtes-vous prêt pour le spectacle?

Prêt, frère.

El tono que utilizaban daba a entender que estaban discutiendo y que pronto se convertiría en una fuerte pelea.

Iris est plus jolie qu'Emerald. —Soltó el mayor con una sonrisa retadora.

Edward se mostró indignado ante aquellas palabras. Poco a poco los hermanos iban ganando más público.

J'espère qu'elle ne t'ècoute pas. —Comenzaron a caminar en un círculo hasta que uno de ellos se detuvo.

Je pense que nous devrions commencer —Ric dijo antes de lanzarse sobre su hermano e iniciar con la pelea, a la que se les unió Flynn tras intentar separarlos y haber recibido un golpe en la mejilla.

Pan buscó una respuesta en el rostro de Harry y este le dió un pulgar arriba y una mirada satisfecha, justo antes de sumarse al espectáculo.

C'est marrant.

J'espère que Pan est dejà entrè.

—Cállense y sigan peleando.

Más niños comenzaron a unirse y los indios no se molestaban en detenerlos. Pero para Pan aquello era lo mejor. Se aseguró de que nadie lo estuviera viendo y de un ágil movimiento entró en la tienda.

El lugar seguía igual que la última vez que había estado allí, la última vez que había visto a Lily. Las cortinas de colores, que separaban la tienda en sectores, le permitían escuchar sin ser visto. Se metió entre los mantos colgados cerca suyo cuando escuchó algunas voces adentro.

Eran Sage y Morgan.

Su conversación le resultó interesante de inmediato y las sombras le permitieron contemplar mejor la escena.

—El sabio dijo que vendrías —escuchó a Morgan decir.

—¿Dónde está él? —Vió su elegante sombra moverse de un lado a otro inquieta sosteniendo algo en sus manos.

—Ha desaparecido, no lo vemos desde hace tres días.

«¿De qué sabio están hablando?», pensaba Pan, consiguiendo más preguntas que respuestas.

—Ese viejo. —La escuchó apenas en un susurro lejano.

—No pensábamos que iba a desaparecer. —Vió la sombra de Morgan tenderle un papel a Sage, quién al verlo lo tomó de inmediato—. Me lo dió el día anterior a su desaparición.

—Dame un minuto. —Su sombra se acercaba cada vez más hasta que ella abrió las cortinas y se dispuso a leer el papel que afortunadamente estaba escrito en la lengua de las hadas.

Ingobernables: Nunca Jamás  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora