Capítulo 38.

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Anibal

- Gracias Anibal. Eres digno de tu apellido - dice Gabriel, uno de los presos que decidí ayudar a escapar conmigo porque él era el único que me defendía de los demás.

- Te propongo algo. - le digo, él me mira y asiente con la cabeza - Aceptarías trabajar para mí? - le propongo. Él se lo piensa unos segundos.

- Acepto. - lo oigo decir en voz baja.

- Tienes una pandilla o algo así? - le pregunto ansioso porque me conteste con un simple "sí".

- No te suena conocido "GN Punch"? - respondió con otra pregunta. La verdad no sabía de lo que hablaba, aunque con esa pregunta tal vez me haya respondido.

- No para serte sincero - le contesto.

- Pues esa es mi pandilla, y estoy en la cima. - lo interrumpo.

- O sea, eres el jefe. - añado para entender mejor.

- Sí - responde.

- Me presentas a tu pandilla? Digo, ahora que trabajarás para mí quiero encargarles algo. Te lo agradecería - le digo encarecidamente.

- Hermano, acabas de sacarme de ese infierno. Mi pandilla estará dispuesta a lo que sea. - dice sonando agradecido.

Ambos acabamos de escapar de la cárcel. Ahora mismo, estábamos en mi amada oficina de mi casa charlando.

Clara, mi esposa, al verme se asustó. Le expliqué todo y ella pareció entender. Lo que no le conté fue que quería vengarme de The Shield. Si se lo decía se desmayaría de la angustia. La conozco demasiado bien.

Al día siguiente

- Se preguntarán porqué los cité aquí. - empieza Gabriel al reunir a su pandilla a mi oficina - Este hombre al que aquí ven - me apuntó -, me sacó de la cárcel. Le debo un gran favor, y no sólo eso, sino que ahora trabajamos para él. Sus palabras son órdenes para ustedes, oyeron? - culminó con su discurso.

- Entendido - dijeron ellos al unisono. Podría jurar que eran como quince hombres reunidos en mi oficina, sin contar conmigo ni con Gabriel.

- Conocen a The Shield, supongo... o no? - empiezo a hablar yo.

- Claro, el trío de capullos de Detroit - me responde uno de ellos.

- Bien, pues lo que quiero hacer es que secuestren a estas tres chicas. Sin fallas, sin dejar pistas ni rastros. Es simple, encuentran un buen momento para atraparlas y rápido. - les enseño la foto de las tres chicas que conseguí por internet.

- Y ellas que tienen que ver con The Shield? - pregunto otro.

- Excelente pregunta...- pauso dándole a entender que me diga su nombre.

- Sergio - dice él.

- Sergio - repito -. Estas tres chicas son... Hayley Williams - señalo a la del medio, pelirroja y de baja estatura - Nelly Gonzales - señalo a la de la izquierda, pelinegra, morena de estatura media - Y Vanessa Ponce - señalo a la de la derecha, pelirroja al igual que Hayley, tez blanca y estatura media al igual que Nelly-. Estas tres son las chicas que tanto aman esos tres capullos, como los llaman ustedes - digo en tono burlón para luego partirme a carcajadas.

- Ya entiendo. Quiere vengarse de The Shield por dónde más les duele. Sus chicas! - Gabriel exclamó asintiendo con la cabeza y entendiendo mi punto de vista - Es usted despiadado, Anibal. - comenta riéndose.

- Que halago! - exclamo mirándolo, está parado al lado mío mirando a su pandilla sentada en el suelo con armas en las manos.

- Bien mis guardianes! - exclama Gabriel - Hora de la acción!.

Recuerdos y la EsquizofreniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora