Capítulo 43.

97 15 3
                                    

Martes: Día 2.

Jonathan

- Recién es Martes? - se volvió a quejar Joe.

- No pude dormir. Sin Nelly, no puedo hacer nada. - expresa Colby poniendo cara de niño regañado.

- Anda, hombre! Todo va a salir bien! - trata de animarnos Jeremy.

- Ay, la extraño mucho! - repite Colby. Es la quinta vez que lo repite!

- Demonios Colby! Yo también extraño a Hayley! Quiero que me abrace y me susurre "Estoy bien, no te preocupes!". Pero ella no está aquí ni tampoco puedo llamar para saber eso. - protesto.

- Oye, tranquilo viejo! - dice Joe.

- Es que Colby ya me está fastidiando. - acato cruzándome de brazos.

- Tu no entiendes! - escupe él.

- Claro que lo entiendo. Tampoco tengo a mi chica aquí. - sentencio.

- Oigan, yo tampoco la tengo aquí - protesta Joe.

- Deberían estar unidos. Recuerden el plan que hicieron. - intervino Karla.

- Sí. Ellas los quieren ver unidos, no así. Haganlo por ellas! - Aida le dió la razón.

- Bien! - dijimos los tres al unisono y nos abrazamos formando un círculo.

Nelly

- Hace un calor del demonio aquí! - se queja Hayley.

- Ya pues. - viene Sergio con un ventilador de pie - Aquí les traigo esto y se callan. - regañó conectándolo en el enchufe y encendiéndolo.

- Gracias. - agradezco mirándolo.

- Esta bien. - respondió para luego irse.

- Espera! - grité y se detuvo volviendo al cuarto - Desátanos las manos y juramos no hacer nada. - pedí tiernamente ladeando mi cabeza.

- Lo siento. No puedo ni lo haré. Alguna otra cosa? -. Vamos, piensa Nelly!

- Podrías ponernos de pie? Me duele el trasero de tanto estár sentada - me quejo. Ellas se ríen por ese comentario.

Él se lo piensa un rato - Eso sí puedo hacer. - dice. Se acerca a mí primerita y tomando de mis caderas me arrastra el poste hasta ponerme de pie.

Con lo que no contó es que al ponerme de pie rompí la cuerda por la fricción que se creó a la velocidad, ya que así la cuerda se suelta. Hizo lo mismo con Hayley y Vanessa.

- Ahora sí. No molesten hasta el almuerzo! - dijo y luego se fue cerrando la puerta.

Saqué mis manos y ellas se sorprendieron.

- Cómo lo hiciste? - susurró Hayley.

- Cosas de la física. - respondí.

Fui hasta ellas, las desamarré, y con el ventilador que dejó, quité las aspas y con ellas rompí la madera de una esquina. Al fin libres!

- Corramos! - exclamó Vanessa.

Le hicimos caso. Corrimos sin rumbo. Estabamos en medio de la nada. Parecíamos estár en el corazón de una selva. Seguimos corriendo hasta que Hayley tropezó con algo, una cuerda escondida entre las plantas la subió colgándola de una pierna del revés.

- Ayúdenme! - gritó ella.

- Descuida, es una trampa para animales! Te bajaremos enseguida! - afirmó Vanessa.

- Y cómo la bajamos, genio? - sarcasticé - Será imposible bajarla a menos que sepas trepar un árbol.

- Sé trepar un árbol. Crees que soy inútil? - Vanessa me siguió el juego.

Recuerdos y la EsquizofreniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora