Capítulo 41.

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Lunes: Día 1

Narradora

Detalles a resaltar? Ayer, las tres fueron abusadas sexualmente dos veces, fueron bien alimentadas -por lo menos-, y les avisó que ellos vendrán a "rescatarlas" el Miércoles a las 14:00hrs. Hoy, desayunaron, y Anibal les dijo que después del almuerzo vendría a aclararles las cosas.

Aida

- Recién es Lunes? - replicó Joe.

- Y ahora es cuando el tiempo pasa lentamente. - se quejó Colby.

- Oigan, - intervino mi Jeremy - por qué no intentan llamar de vuelta a Anibal? Para darles noticias de ellas o algo así. Estamos preocupados! -.

- Bien, - Colby se resignó - pero y si no contesta? -.

- Sólo inténtalo! - lo reprochó mi amado novio.

Colby sin decir más, presiona el botón "recall" del teléfono para devolver la llamada. El teléfono no reconoció la tecla presionada, Colby se enojó y presionó con más fuerza el botón, pero justo por eso tal botón se descompuso.

- Bien hecho, Colby! - exclama Jonathan en sarcasmo.

- Es que debió devolver la llamada. - se defiende él.

- Ahora nos quedamos incomunicados con él hasta que él nos llame. Perfecto! - se quejó Joe.

- No nos queda de otra que esperar. - lo siguió Taylor.

Hayley

- Tengo hambre! - grité fingiendo enojo.

- Hayley, acabamos de comernos la media mañana - dice Vanessa.

- Era sólo una manzana para cada una - me quejo poniendo cara de perrito.

- Vanessa, recuérdame de no invitar a Hayley a comer algún día. - dijo Nelly interviniendo. Nos reímos las tres.

- Silencio! - intervino Anibal quién entró con una bandeja en mano - Es hora de su almuerzo!

- Qué es? - preguntó Nelly.

- Lo comerán de todos modos. - respondió él.

Pude ver a esos tres malditos que nos desgraciaron la vida detrás de Anibal.

- Ellos les servirán la comida como siempre, no? - dijo Anibal codeando a ese tal Tony.

- Claro, jefe! - exclamó éste en respuesta.

- Vendré más tarde y les aclararé las dudas. - dijo para luego salir del cuarto.

En esa bandeja habían tres platos con cubiertos para cada una. Ellos tomaron un plato cada uno para servirnos, luego con la cuchara trataron de darnos en la boca. El tal Gabriel me estába sirviendo a mí, pero yo me negaba a abrir la boca.

- Oh vamos, Hayley. Tienes que comer. Acaso no tenías hambre hace un rato? -.

- Ya se me pasó - respondí.

- Anda, sólo un bocado. - insistió.

Suspiré. Tenía mucha hambre y la comida se veía bien - Bien - accedí sin ganas.

- Abre la boca - pidió. Obedecí y me introdujo la cuchara dentro de la misma. Sabía delicioso! - Te gusta? - preguntó mirándome fijo.

- Sí - admití fríamente.

- Yo lo preparé para tí. - susurró sonriendo.

- Sí, claro - dije con sarcasmo.

- En serio. Cada uno de nosotros nos ofrecimos a hacerlo para ustedes. -. Se le notaba en sus ojos la sinceridad.

Recuerdos y la EsquizofreniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora