30 Andrés

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Llegamos a San Francisco el mismo lunes por la mañana y dejé a Anna en la editorial aun cuando no deseaba hacerlo. Javier Sálamo llegaría antes del mediodia y no podía negar que me molestaba mucho saber que estaría cerca de ella, pero no podia hacer nada al respecto.

La mañana fue más agitada que de constumbre, demasiados temas que evaluar, demasiados gastos por aprobar o rechazar, pero estaba de tan buen humor que no me sentí ni un poco estresado y terminé todo lo pendiente con la misma sonrisa que llegué.

Con todos los documentos, caminé hacia la oficina de Carol para entregárselo, pero el vibrar de mi móvil me detuvo en medio del pasillo.

¿Hola? —respondí sin verificar quién llamaba.

Andrés, soy Mike —saludó el marido de la doctora— Todo está listo.

Sonreí satisfecho cuando escuché la buena noticia que me dio mi arquitecto de confianza.

¿Tan pronto terminaron? —pregunté retomando mi camino hacia la oficina de mi mejor amiga— ¿Cómo lo haces?

Tengo un personal muy eficiente —admitió el hombre— hasta a mí me ha encantado... voy a sugerirle a Mell que pongamos uno en casa.

Estoy seguro de que le encantaría la idea...

Yo también, pero no estoy muy emocionado con la idea de que pueda ser ella la que me tome el control —bromeó— En fin, el trabajo está hecho.

Gracias Mike —respondí al entrar a la oficina de Carol— te dejaré el cheque en el club...

Mi mejor amiga me miró con curiosidad.

Está bien... espero te guste como quedó todo.

Siempre he quedado satisfecho de tu trabajo —admití— estoy seguro de que esta no será la excepción... muchas gracias por todo.

Por nada, amigo... nos vemos.

Adiós, nos vemos.

Terminé la llamada y me dejó caer sobre la silla frente a Carol.

¿Que nuevos cambios le hacen al club? —me preguntó.

Le entregué los documentos y ella los tomó.

Ninguno para el club... en realidad fue para mi casa —Carol se sorprendió con la respuesta— Anna y yo hoy cumplimos dos meses conociéndonos...

Carol sonrió encantada.

Toda una vida... —bromeó y yo no pude evitar reír.

Sí, es poco tiempo, pero he planeado una celebración...

¿Una celebración? —me preguntó— ¿Necesitas sugerencias...?

No, ya tengo todo planeado...

¿Y vas a contarme? —preguntó mi mejor amiga.

Tengo planeado una cena en la terraza de la casa —le expliqué.

Carol se apoyó sobre el espaldar de su sillón y sonrió con emoción.

Te has enamorado... —soltó de pronto— ¿Le has dicho?

Le he dicho que la quiero...

¡No, no! —exclamó Carol inclinándose hacia mi— mi pregunta es... le has dicho: ¿Anabelle te amo?

MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora