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Kenedy solto un grito de frustración al escuchar por milesima vez el tan horroroso sonido que hacia despertarla casi todos los dias, odiaba cuando algo interrumpia su sueño y hoy pondria fin a ese molesto sonido. Se levanto de su cama sin importarle un poco su apariencia y salio de su casa bajo la mirada confundida de su madre, toco varias veces la puerta de la casa vecina para despues ver al causante de su mal humor.
— Son las 10 de la mañana y me encontraba tranquilamente durmiendo hasta que empezaste a hacer tu sonido con el saco de box que tienes— Explico ella con una falsa sonrisa.
— ¿Y que con eso?— Robin se recargo en el marco de la puerta con tranquilidad, admirando el aspecto de la chica.
— ¡Que trato de dormir!— Dijo con frustración.
— Preciosa, son las 12 del medio dia— Se burlo, ella miro el reloj en la pared de la casa de su novio y sintio sus mejillas arder— ¿Mala noche?— Pregunto el.
— Lo siento... Casi no pude dormir— Se disculpo.
— Ven, hace frio y saliste sin sudadera— Apenas se lo dijo sintio el frio calar en sus brazos, solo llevaba un pantalón de dormir y una camisa corta. Robin la hizo pasar a su sala donde pudo sentir el calor hogareño que amaba.
— Perdon por hablarte asi— Se disculpo con vergüenza.
— Esta todo bien, linda. Te entiendo— Dejo un beso en su cabeza para luego empezar a peinar su cabello con el peine que ella siempre tenia en casa de el— Algun dia vas a extrañar ese sonido— Ella giro a verlo confundida.
— ¿De que hablas?— Pregunto con temor.
— No lo se— Se río levemente.
Ella recosto su cabeza en las piernas de el sintiendose aliviada por las suaves caricias que dejaba en su cabello.
— Nunca quiero irme de tu lado— Murmuro ella.
— ¿De que hablas?— Ahora pregunto el.
— Anoche... senti algo— Cerro sus ojos al recordar la sensación agobiante en su pecho.
— Cuentame— Pidio el.
— Soñe contigo, yo podia verte pero tu a mi no... Te hablaba y te gritaba pero no me podías escuchar, era un lugar cerrado y oscuro... Tenias miedo porque gritabas mi nombre pero no podia ayudarte— Murmuro recordando los gritos de el— Tengo miedo de que algo te pase— Cerro sus ojos.
— Nada va a pasarme amor, ni a ti tampoco. Estare siempre para protegerte, no tengas miedo— La miro con ternura admirando su perfil.
— No tengo miedo de mi, es por ti... Si algo te pasa yo...— Se levanto para verlo a los ojos.
— Tranquila... Estare bien, solo fue un sueño— Acaricio su mejilla con suavidad. En cierta parte le dio un poco de tranquilidad pero ese sentimiento en su pecho aun estaba presente.
— Me veo asquerosa— Ella rio cambiando de tema.
— Te vez hermosa— La admiro unos segundos, el pensaba en como era posible que en cualquier momento su chica siempre estaba preciosa, su belleza parecia irreal.
— ¿Que tal si hacemos un dia de peliculas?— Propuso ella con una sonrisa.
— Claro que si, lo que tu quieras— Sonrio el, amaba pasar tiempo con ella.
— Ire a tomr una ducha y regreso— Se levanto del sofa.
— Ire a comprar tus dulces favoritos— Ella sonrio.
— Bien, te veo en un rato mas— Ambos caminaron hacia la puerta.
— Espera...— Robin quito su sudadera y se la puso a ella.
— Amor, aqui esta mi casa— Señalo riendo hacia un lado.
— No quiero que enfermes— Amaba escuchar la risa de Kenedy, era un sonido del que nunca se cansaría escuchar.
— Bien... Ademas amo tus sudaderas— Se abrazo a si misma.
— Ve a casa, volvere pronto— Ella asintio para dar unos pasos— ¡Oye!— Ella giro a verlo.
— ¿Que pasa?—
— ¿Y mi beso?— Ella río levemente.
— Cuando regreses te dare mil besos— Contesto mientras se alejaban mas.
— ¿Lo prometes?— Pregunto Robin.
— Nunca rompo mis promesas— Respondio ella. Robin sonrio despues de asegurarse que ella entrara a su casa.
Oh Kenedy, nunca le pudiste dar esos mil besos y por primera vez rompiste esa promesa.
