Capitulo 18

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Evan

—Como me vuelvas a quitar el aire, te vuelvo a dormir y no me va a importar que Alma nade hasta Tierra para decirle a mis padres que te vengan a despertar. Estás avisado. –La dramática del grupo sale de la habitación.

¿Por qué le hice caso a mi padre?
Definitivamente no necesitamos esta alianza, somos felices sin esta alianza innecesaria. Yo sería feliz sin esta alianza totalmente innecesaria. No soporto a Addy, pensé que sería algo agradable intentar enamorarla, pero esto está siendo más difícil de lo que pensé, más irritable de lo que creí.

Los demás herederos me observan fijamente esperando que haga algo, por mi Addy se puede ir a la mierda, pero yo no la voy a perseguir a ella.

—Eso estuvo muy intenso –Observo a Ted. Amigo, no hables en estos momentos –. Será mejor que nos vayamos, aún tenemos que desempacar. –Toma de la mano a Rosaline y se va.

Alma y Sam me observan, no sé qué esperan de mí, yo no voy a salir a buscar a la malcriada esa.

—Ustedes son un caso, no diré más. Vamos, Alma. –Ellos se van dejándome solo.

Creo que seguiré el ejemplo de lo que todos andan haciendo, desempacar.

No es que trajera muchas cosas al lugar, solo traje lo indispensable, igual podría volver a Montaña y buscar algo en cualquier momento. Soy capaz de hacer esas cuatro horas en dos.

La isla no es muy grande, pero creo que puede ser lo suficiente para volar y darle algunas vueltas volando. Estoy tan tenso y enfadado por lo que Addy me hizo pasar que estoy seguro que cualquiera que se me pare enfrente va a llevarse un golpe.

Salgo de mi habitación y salgo de la casa en la que estamos, antes de que pueda volar alguien me llama.

—Evan –¿Cuándo me podré deshacer de Marissa?–, ¿Podemos hablar?

Volteo a verla, no se ha ido como los demás guardias y doncellas, va vestida muy bonita. Todavía entiendo por qué la elegí como novia, es más que hermosa; pero por muy hermosa que sea, no pienso volver con ella.

—Está bien. –Dejo que ella me guíe a dónde sea que me quiera llevar.

Entramos a la biblioteca y nos adentramos profundamente en ella. Vale, sonó raro.

Ella se detiene cerca del final en dónde se encuentran unos muebles que por experiencia sé que son muy cómodos.

—¿Y bien? –No tengo paciencia para andar con rodeos, estoy demasiado enfadado para ser la mata de la bondad.

Ella muerde su labio inferior nerviosa, mi vista se fija en esa zona.

¿Y si...?

No, no puedo y tampoco me apetece.

—Te he extrañado, aún no puedo estar sin ti –Dignidad, Marissa, pensé que tenías dignidad –. Sé que te tienes que casar con una heredera, pero yo aún podría estar contigo... Sin que tú esposa se entere.

Me deja plasmado con lo que dice. Yo jamás podría hacerle eso a ninguna chica, nadie merece ser las migajas de alguien más, lo que me pide va más allá de lo que puedo llegar a aceptar.

—Marissa...

—No, sé que no estarás cómodo con eso, pero estoy segura que tú esposa no querrá estar contigo de esa manera –Mi futura esposa ni siquiera me quiere ver en pintura, pero ese no es el punto en estos momentos –. Déjame demostrar que ella jamás te hará sentir como lo hago yo.

No me da tiempo a apartarme cuando me agarra de la camisa y me besa. Su beso no es tranquilo ni mucho menos suave; ella está besando como si la vida le dependiera de ello. Me quedo inmóvil, no soy capaz de apartarla o seguirla, ella no merece esto.

Tierra [Saga Lapis Omnia #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora