Tierra [Saga Lapis Omnia #1]

Capítulo 35

Sam

Juro que los hermanos de Alma van a pagar por lo que hicieron. Su precio será de sangre, sangre que yo voy a disfrutar drenando de sus cuerpos desdichados.

Apenas puse un pie en Triría corrí hacia el cuarto de uno de los hermanos de Evan, iba a necesitar a alguien de Montaña para lo que tenía pensando, como Ellis no estaba, terminé por buscar a Ever, otro de los hermanos de Evan. Ever estuvo encantado de ayudarme, así que ahora corremos hacia los portales para ir a Agua. Soy una de las personas más sanguinarias de toda Triría, seré capaz de encontrar a los imbéciles.

Al llegar a Agua, miro a Ever. Él me conoce lo suficiente para saber que en estos momentos no puedo hablar mucho por el enojo, por eso entiende que es momento de que haga su uso. Lo traje conmigo para que con el viento pudiera abrir el mar en dos e ir revisando piedra por piedra todo el fondo marino. Probablemente debí traer a más personas de Montaña, pero no había tiempo para buscar a Erow, el otro hermano de Evan; así que por ahora me conformo con Ever.

Ever se mete un poco en el agua y luego por muy sorprendente que parezca, abre el mar en dos. Él empieza a caminar a paso lento, le sigo con muy poca paciencia por detrás.

—¿No puedes apurarte? –Pregunto con ganas de poder robarle la magia y hacerlo yo mismo.

—Esto es lo más rápido que puedo ir, un error y podemos morir ahogados. –Ruedo los ojos, definitivamente debí traer a Erow.

—A este paso llegaré a Alma después de que la hayan matado. –Digo después de un rato en el que ni siquiera las paredes del mar nos están tapando. Vamos que todavía se ve mi torso.

—Intentaré ir más rápido. –Empieza a caminar un poco más rápido. Lo sigo de cerca mientras escarbo en mi poder para tenerlo listo en cuanto los encuentre.

Caminamos sobre roca y arena por un largo rato, las paredes del mar que nos rodean se van cerrando conforme vamos avanzando, así que me debo mantener a una distancia cercana a Ever para no terminar ahogado. Observo a través del agua cristalina como nos acercamos a Agua. Me parece raro que no se nos haya aparecido de la nada los guardias reales de Agua.

Caminamos por varios metros más hasta que estamos en la tribu. No hay nadie en las calles, eso me hace más difícil lo que planeo. Le digo a Ever que se pare delante de una de las casas para que yo pueda tocar.

Toco y pasan poco segundos cuando una señora me abre la puerta. Ella se nos queda viendo por un largo rato, supongo que sorprendida por lo que ve, pero en estos momentos no tengo tiempo para eso.

—Muchas gracias por abrir, soy el heredero de Hielo, Sam. Necesito que me diga en dónde vive Patrick, es amigo de los hijos de los líderes. –No sé que vió la señora en mi rostro porque su rostro palideció.

—Su casa... Es esa. –Señala la casa que tiene al lado.

—Muchas gracias, me encargaré de que sea recompensada más tarde. –Le hago una seña a Ever para que nos lleve hacia allá.

Al llegar toco con impaciencia, me preparo para la posible tortura que tendré que hacer en poco tiempo. Un hombre con cara de pocos amigos me abre la puerta. Tiene la misma reacción que la señora de al lado, pero veo una chispa de valentía en sus ojos. Valentía que voy a romper y se la voy a meter por el culo.

—¿Eres Patrick? –Pregunto fingiendo ser una buena persona, una persona incapaz de hacerle daño a alguien.

—Sí, ¿Quienes son ustedes? –Nos mira entre sorprendido y con cautela.

Sonrío internamente, este hombre no sabe lo que le espera.

—Soy Sam y él es Ever, ¿Eres el Patrick amigo de los hijos de los líderes? –Hay que asegurar, porque en cuanto lo confirme el pobre no sabe lo que le espera.