𝐋𝐚 𝐧𝐨𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐮𝐧𝐞 ; Tom Kaulitz

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Ya había pasado un mes, mi pierna había mejorado ya podía caminar bien, a veces me dolía pero estaba mucho mejor, mi relación con Tom era la mejor, a veces era algo celoso conmigo pero estábamos muy bien, los chicos tenían alguno que otro concierto, entrevistas y sección de fotos, veía casi todos los días a Tom y yo iba muy bien en la universidad.

No volví a saber qué pasó con lo de la caja, nunca conocí a nadie y simplemente lo dejé de lado.

En este momento me estaba alistando ya que Tom me había invitado a una cita.

Me bañe y me vestí, me puse un vestido ya que casi siempre iba con jeans, faldas o sudaderas, quería arreglarme un poco más así que me maquille algo más producida. En ese momento sonó mi celular que por cierto me lo compro Tom, no me gustaba que gastara dinero pero era muy terco.

—Hola linda ¿estás lista?

—Hola cariño, solo me pongo los zapatos y estoy más que lista.

—En 5 minutos estoy allá, te amo linda.

—Yo te amo más.

Corte la llamada y me puse unas botas negras, me puse loción y baje rápido a la sala. Vi a Cloe acostada en las piernas de mi mamá mientras ella veía televisión.

—Wow—Me miraba por el rabillo de su ojo—A donde vas tan linda?—Me miro directa y yo sonreí.

—Tom me invitó a una cita—Jugué con mis manos y sonreí.

—Te esta yendo muy bien con ese chico, no? Te veo muy enamorada, cuidado Kiara, no quiero que te lastimen.

—Mamá no va a pasar nada de eso, Tom es diferente, me gusta y mucho.

Escuche el motor de su auto afuera y agarre mis llaves con mi bolso.

—Me voy—Le di un beso en la mejilla y un beso a Cloe en la cabeza. Salí de la casa y me monte de una al carro.

—Hola preciosa—Me miro de arriba hacia abajo sonrió de lado—Te ves muy bien con ese vestido.

—Gracias Tom—Baje mi cabeza por los nervios y sonreí—A donde iremos?

—Es una sorpresa cariño.

Empezó a conducir y yo solo jugaba con mis manos de los nervios que tenia, hoy cumplíamos un mes de novios y casi 3 meses de habernos conocido, tenía un regalo para él pero no algo muy producido, era una carta con una pulsera y estaba demasiado nerviosa, sentía que iba a vomitar de los nervios. Me metí tanto en mis pensamientos que no note que ya habíamos llegado.

—Linda llegamos—Tenía a Tom al frente con su mano extendida y la puerta de mi lado abierta. Tome su mano y salí del auto.

Me había llevado a un restaurante que jamás había visto en mi vida porque era de esos donde tenía que dar mi riñón para poder pagar algo.

—Tom sabes que no me gusta que gastes dinero—Lo mire mientras me guiaba a la mesa, el lugar estaba vacío.

—Y tú crees que te haré caso? Mereces esto y mucho más—Corrió la silla para que me sentara y le hice caso.

Llego el mesero y nos dejo la carta, los precios eran altísimos y yo solo miraba a Tom sería.

—Cariño pide algo, no seas terca—Río.

Pedí una pasta con una copa de vino y Tom pidió lo mismo.

—Linda?—Me tomo la mano.

—Si?—Lo mire a los ojos.

—Te amo.

—Yo también te amo Tom, te amo demasiado—Le sonríe cálido.

—Después de esto tengo otra sorpresa—Sonrió