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Ya había pasado un año desde que empecé mi carrera, había sacado un par más de canciones y me estaba yendo demasiado bien, claro está seguía en él universidad y la verdad era bastante tedioso, estaba bastante cansada pero ya me faltaban dos semestres.

Mi relación con Tom estaba en su mejor momento, ya llevábamos un año y 3 meses, era cariñoso conmigo, me invitaba a salir aunque a veces peleábamos por tonterías, jamás volví a ver a Madisson y olvidé el tema de ella.

Claramente la relación a algunas personas no les gustó y me lo venía venir pero me daba igual.

—Tom!—Le llame pero este no respondió—Tom! Ven aquí.

Ahora vivíamos juntos, él seguía en la banda y yo seguía con mi música. Era hermoso...

—Que pasa cariño?—Lo vi saliendo de la habitación y puse mis manos en mi cintura viéndolo fijamente.

—Por qué no eres capaz de limpiar cuando Cloe hace sus necesidades?—Lo fulmine con la mirada y este se puso nervioso.

—Lo siento cariño, se me olvida—Mintió y negué con mi cabeza.

—Cuantas veces te lo he dicho? Hay que sacarla 3 veces al día para que no haga en la casa—Suspire y me dígne a caminar a la sala pero el me agarro por detrás y me abrazo.

—Lo siento amor, a veces estoy muy cansado y se me olvida, no te enojes—Pego su mejilla con la mía y lo mire de reojo.

—Está bien, pero es la última vez que te lo digo, ademas yo también cansada, estar en la universidad y tener una carrera de artista no es nada fácil.

—Lo sé lo sé, por eso te pido perdón, desde ahora te haré caso—Dejo un beso en mi mejilla y sonreí leve.

Había cambiado mucho, dejo de fumar de verdad, era mucho más cariñoso pero aún seguía siendo el mismo coqueto y atrevido. Me encantaba.

Después de esa pequeña discusión termino en besos, demasiados besos pero debíamos de salir ya que los chicos tenían una sección de fotos y yo los iba a acompañar. Mi amistad con ellos era genial, me invitaban a todas partes, salíamos casi siempre juntos pero claramente les daba su espacio, Bill y yo éramos como mejores amigos. Mi vida empezaba a sentirse bien, era feliz.

Nos dirigíamos a el lugar donde era la sección de fotos y ya estábamos todos en el auto. Tom conducía y yo me hice atrás con Gustav y Georg.

Después de unos minutos llegamos y alistaron a los chicos, yo me quede sentada viéndolos, más bien viendo a Tom.

Su mirada clavada en mi cada vez que dejaban de tomarle fotos era...mi piel se erizaba y mi corazón latía rápido, aún seguía poniéndome nerviosa con nada este chico. Note como se acercaba a mi con cautela y bajo su cabeza un poco, alce mi mirada y lo mire a los ojos.

—Pasa algo cariño? Noto que me miras mucho—Tomo con delicadeza mi mentón y paso su dedo pulgar por mi labio inferior haciéndome estremecer.

—N-no pasa nada—Le sonreí nerviosa y baje mi mirada sus labios, se veían rosados y tan apetecibles.

Dios que me está pasando, por lo general es el que hace estas cosas.

—Tienes ganas?—Susurro y abrí mis ojos quitando mi mirada de sus labios.

—No...—Mentí y apreté mis labios, me moría de la vergüenza.

—No mientas, te conozco linda sé que tienes ganas—noté como una sonrisa amplia se formaba en su rostro.

Quería sacarme cualquier pensamiento de mi cabeza que tuviera que ver con eso pero simplemente no podía, el, como me trataba y sus labios me estaban matando, necesitaba quitarle la ropa ahí mismo.

  𝐋𝐚 𝐧𝐨𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐮𝐧𝐞 ; Tom Kaulitz Where stories live. Discover now