Extra 6

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10 años después...

Kiara y Tom se encontraban en casa, especialmente cocinando para la llegada de su hija la cual estaba en el colegio, no se habían dando cuenta lo rápido que había pasado el tiempo y ahora su hija ya tenía 10 años

—Amor ¿no deberíamos recoger a la niña en el jardín? No me gusta que la traigan—Dijo Tom añadiendo sal a la comida.

La pequeña Kristine era hermosa, salió con los ojos azules de su madre, el cabello y tenía la nariz de su padre. Era literalmente perfecta pero eso lo hacía molestar a Tom ¿por qué? Bueno era su princesa y no quería que tuviera nada que ver con chicos.

—Cariño no le va a pasar nada, a veces tú vas a recogerla pero ya pagamos un transporte muy caro en ese colegio—Sonrió Kiara al darse cuenta de lo que trataba de decir su esposo.

Era muy protector con ella, no le gustaba que los niños la miraran de más, cuando salían siempre mantenía su mano agarrada y la llevaba a todas partes con el.

—Yo solo quiero que esté bien—Negó con su cabeza y termino con lo que estaba haciendo.

Después de tantos años la banda volvió claramente no como antes pero hacían algunas giras y conciertos, estaban tan felices de volver a la música después de todo lo que pasaron y bueno ahora ellos dirigían su propia música así que eran libres con ese tema.

Kiara como siempre estaba triunfando con el restaurante, ahora tenía varias sucursales, una en Alemania, otra en Miami y otra en New York, ahora su vida era un sueño. Tenía al esposo que siempre quiso, una familia hermosa y a pesar las estupidas peleas que tenían su relación era completamente sana.

Se contaban absolutamente todo, no tenían secretos ni mentiras, cada mes salían los dos juntos así no fuera una fecha especial y Tom aún la llenaba de regalos.

La puerta sonó y Tom salió corriendo sabiendo de quien se trataba.

—Papá!—Grito Kristine y se lanzó a los brazos de su padre.

La agarró con algo de fuerza y la abrazó, dejando su cabeza en su pecho y caminó hasta la cocina.

—¿Cómo te fue hoy princesa?—Sonrío Tom.

—Muy bien papá, tuvimos un examen y saqué diez—Kristine hizo un pequeño baile.

—Esa es mi pequeña—Dejo un beso en su cabeza y la dejo en el suelo—Ahora ve a saludar a tu madre cariño.

Kristine salió corriendo y abrazó a su madre por la espalda.

—Hola mi pequeña—Kiara sonrió y se dio vuelta para intentar cargar a su hija pero simplemente no pude—Vaya, ya estás muy grande cariño—Se agacho para quedar a la altura de ella—¿Tienes hambre? Te prepare tu comida favorita—Kiara alzó las cejas mostrando emoción.

La pequeña empezó a saltar de la emoción y volvió a abrazar a su madre.

A pesar de tener 10 años aún era muy apegada a sus padres, como se darán cuenta hay muchos niños que no lo son después de una edad pero la educación que Tom y Kiara le dieron a la pequeña ayudó con eso.

Kristine sabía que podía contar con sus padres para todo, sus preferencias sexuales, si le gustaban las mujeres o los hombres, sus problemas, sus amores a lo largo de su vida y demás, le ensañaron que ella podía ser como ella quisiera.

Que no se dejara de nadie menos de alguien que la quisiera opacar, siempre fuera positiva a pesar de las cosas, que siguiera sus sueños y no dejara que nadie se los arrebatara y bueno nunca le llegaron a pegar, hubieron castigos y regaños pero ellos sabían que si los regaños se convertían en golpes no iba a influir nada en ella.

  𝐋𝐚 𝐧𝐨𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐮𝐧𝐞 ; Tom Kaulitz Where stories live. Discover now