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By Tom...

Bill no paraba de regañarme por lo que había pasado anoche, decía que la había cagado, que como era posible que había hecho eso.

—Bill tu no dijiste nada cuando estaba bailando con ella, así que Kiara también debe de estar enojada contigo—Alce mis cejas y negué con mi cabeza. Note como una cara de espanto se formó en su rostro y llevó su mano a su boca.

—Mierda tengo que hablar con ella—Se tapo la cara.

—No te va a escuchar, no quiere hablar conmigo, ya no sé qué hacer—Suspire. Realmente fui un estupido con ella y no me voy a justificar por el hecho de que estaba algo borrachos, no debí buscar a esa chica solo porque ella no quiso bailar conmigo, fui un completo egoísta y ahora debo arreglar esto.

—Y si le doy un regalo? Algo que a ella le guste y hablo con ella, tal vez así me escuche.

—No lo sé Tom, deberá ser algo sincero, algo que a ella de verdad le guste y no algo simplemente material, debes pensar bien las cosas y yo debo de hablar con ella—Negó con su cabeza y subió a su habitación cabizbajo.

—Bill! Espera—Corrí hasta su habitación—Recuerdas que la íbamos a ayudar con el tema de la música? Porque no hablamos con nuestro manager para ver si nos puede ayudar, se que eso a ella le gustaría mucho—Suplique con mis manos. Estaba haciendo esto por amor de verdad, era la primera chica que me hacía sentir completo de verdad, la primera que no le importaba que fuera famoso o que tuviera dinero, no podía dejarla ir tan fácil.

—Está bien, hablaré con él y te cuento, mientras tanto tú ve organizando su regalo—Me señaló con su dedo y me miro mal.

—Bien bien, como digas—Rodé mis ojos y salí de su habitación, Georg y Gustav no estaban en casa así que tenía que ir solo para comprar el regalo.

Agarre las llaves del carro y salí de la casa para dirigirme al centro comercial, aún no conocía mucho pero ya sabía llegar a algunas partes, entre al centro comercial y entre directo a una joyería, habían cosas muy extravagantes, demasiado para mi gusto y el de Kiara.

—Señor que está buscando? Le puedo ayudar en algo?—Dijo el señor acercándose a mi.

—Estoy buscando algo para mi novia, algo significativo—Mire los collares—De casualidad tienen collares de oro con nombres o letras?

—Claro que si, podemos diseñarlo a su gusto—El señor me mostró las letras y elegí unas que tenían diamantes incrustados.

—Puede ser con el nombre Tom?—Le sonreí amable.

—Claro ¿con las letras que escogió?—Asentí con mi cabeza y el señor se fue para atrás para hacer el collar.

Después de unos minutos salió con el collar ya hecho y me lo mostró, era perfecto.

—Cuánto sería?—El señor me respondió y pague.

—Si quiere le podemos ofrecer una carta de regalo—Mostró las que tenía y una caja para guardar el collar, asentí y guardó el collar con la carta adentro.

—Muchas gracias—Sonreí y salí de la joyería para ir a una florería.

Compre unas rosas y unos tulipanes y fui a otra tienda para comprar una caja grande de chocolates. Salí del centro comercial pero noté que estaban tomando fotos, fotos a mi así que busqué rápido el carro y me monte y salí lo más rápido posible.

Volví a la casa y dejé las cosas en la mesa.

—Donde me dañen algo juro que los mato—Lo mire amenazante y saqué la carta de la caja para escribir algo en ella.

  𝐋𝐚 𝐧𝐨𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐮𝐧𝐞 ; Tom Kaulitz Where stories live. Discover now