Pasado pisado. (Sabo, Ace x Lectora)

Capítulo 29

Ace y Sabo, se encontraban sentados una vez más en los sillones, escuchando el reloj avanzar.

Luffy, estaba arriba en su habitación, durmiendo. Pero los mayores tenían un tema pendiente por conversar.

—¿Entonces..? —Comenzó Ace—. ¿Qué pasó..?

—Bueno... antes que nada, probablemente esto te moleste. Pero espero no terminemos agarrándonos por la ropa como meses atrás...

El pecoso sonrió leve, negó.

—No pasará... habla.

Sabo, no sabía por dónde empezar. Se mecía hacia los lados mientras jugaba con sus manos, se sentía nervioso en cierta forma... sobretodo porque se trataba de ti.

—¿Tan malo es..?

—No, no... no pasó nada tan terrible, creo... Al menos no lo siento así. No sé por parte de (TN)...

—Solo dilo entonces...

Sabo suspiró.

—Bueno... ayer antes de despertar a todos, nosotros ya estábamos en el río. Ninguno podía dormir, así que nos levantamos para bajar, estuvimos solos por mucho rato y bueno...

—¿Te confesaste?

—No...

—¿La besaste?

—... No.

—¿Se cayó tu traje de baño al entrar al agua y quedó con traumas?

—¿Qué? ¡No, claro que no! ¡Ace, ya basta!

El pecoso no pudo evitar reír.

—Lo siento, lo siento... pero estás muy tenso. Solo intentaba relajarte para poder hablar.

Sabo negó un tanto divertido también.

—¿Mejor?

—Si...

—Adelante entonces...

El rubio tomó aire.

—Casi tuve sexo con ella... bueno, si pasaron cosas... sólo que no llegamos a... tú entiendes.

Se formó un silencio en la habitación, Ace tenía una expresión de sorpresa... pero no de molestia ni nada parecido.

—Oh... espera, ¡¿A orillas del río?!

—Si...

—Wow.... ¿Qué los detuvo...?

—Vivi y Koala.

—¿Huh? —Arqueó una ceja, confundido—. ¿Y ellas qué hacían ahí?

—Según dijeron, tampoco podían dormir, nos sintieron al irnos... y como no volvimos... sé preocuparon.

—Ya veo...

—Espera, ¿Realmente no estás molesto? Pensé que me gritarías o algo así.

Ace se sobresaltó, sus mejillas se tiñeron leve.

—Bueno... no podría reclamar nada...

—... ¿Por qué dices eso?

—Es que... —Ace desvió su mirada, y dio un pequeño tocido—. No... no eres el único que casi cruza un limite con ella... —Lo dijo como murmuro, Sabo no entendió.

—¿Ah? ¡Habla fuerte, yo ya confesé!

—¡¡Que yo también casi me acosté con ella!!

—¿Qué? —Sabo quedó descolocado, sacudió su cabeza—. ¡¿Y eso cuándo pasó?!