Capítulo 15

1.5K 138 84
                                    

Esta repentina acción de su parte te tomó por sorpresa, pero no reclamaste, sólo intentaste acomodarte un poco.

—¿Qué? ¿Amaneciste mimoso?

—Aha... Quédate conmigo y volvamos a dormir... —Hizo más fuerza en el abrazo, apegándolos.

—Ace...

—Cinco minutos.

Guardaste silencio, ibas a negarte pero el mayor ejerció fuerza haciendote caer sobre la cama y quedando ahora él sobre ti, pero enseguida se recostó encima tuyo.  Suspiraste, y cuando él apoyó su cabeza en tu pecho comenzaste a darle caricias y a jugar con su pelo, acciones que parecían agradarle y relajarlo.

—Ace, es tarde y debería ayudar a Sabo con el almuerzo...

El mayor frunció el ceño al escucharte y sentir como te removías para quedar inclinada sobre la almohada y los cojines, digamos a medio sentar. Ace se acomodó enseguida abrazandote por la cintura.

—Sólo por hoy... Siempre lo ayudas con la comida, una vez que te quedes conmigo no le hace daño a nadie... —Reclamó escondiéndose en tu pecho.

—Ace... No creo que-

—Quedate.

—Ace-

—Ahora eres mía.

Una risita salió de tu boca ante sus respuestas rápidas, pues su voz se escuchaba graciosa al estar oculto en tu cuerpo. Ace levantó un momento la cabeza para verte sonreír, era algo que le gustaba apreciar.

—Sólo cinco minutos. —Finalmente aceptaste la petición del mayor, y él te abrazó con más fuerza mientras se le dibujaba en el rostro una amplia sonrisa.

Ace se acomodó en tu pecho y cerró sus ojos, ahora eras su almohada humana. Una vez más, comenzaste a mimar su cabeza jugando con su pelo y enredándolo entre tus dedos. Al pecoso, este gesto le encantaba, y se sentía contento de que hubieses aceptado quedarte ahí con él.

Por mera costumbre y de forma inconsciente, comenzaste a tararear una canción suave y lenta que llegó a tu mente. Ace no te había oído antes con detención, por lo que esta vez aprovechó de hacerlo. Tu canto, los mimos, y el sonido del latir de tu corazón, lo relajaban, dándole una sensación de calidez inmensa.

Estuvieron entre mimos y cantos por un buen rato, Ace, estaba cerca de quedarse dormido una vez más, pues se sentía casi como un niño siendo arrullado.

—Oigan, ¿no están tardando demasiado en bajar? —Sabo de pronto abrió la puerta, interrumpiendo de golpe aquella agradable sensación del pelinegro.

Los tres guardaron silencio. Ace miró a su hermano con mala cara pero sin quitarse de donde estaba apoyado, Sabo por otro lado se la aguantó a pesar de ver cómo se encontraban y te dedicó una sonrisa.  

—(TN), ¿podrías ayudarme abajo? No quiero que Luffy queme algo, y Ace... Levantate, es tarde.

Asentiste, pero el pelinegro no te quería soltar. Por más que le diste un par de golpecitos a sus hombros él no aflojaba su agarre.

Suspiraste para tomar su rostro con una de tus manos y besar su mejilla. Esto generó una sonrisa por parte de Ace y te soltó haciéndose a un lado. Sabo apretó de forma disimulada su mano, y una vez pasaste por su lado cambio su sonrisa por un rostro de molestia. No le dijo nada a Ace, sólo se dio media vuelta para ir detrás tuyo, dejando al pecoso un tanto molesto por la interrupción, pero feliz por los minutos que había logrado estar contigo.

Luffy estaba en los sillones jugando en su celular, mientras que Sabo y tú ya se encontraban en la cocina preparando la comida. Pero te era imposible no notar la mala cara del rubio, por más que él tratase de disimularla. Ya que estaba cortando las papas con el ceño fruncido y en silencio.

Pasado pisado. (Sabo, Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora