Pasado pisado. (Sabo, Ace x Lectora)

Capitulo 8

El día del cumpleaños de Luffy llegó. En la mañana al salir de tu casa le diste un abrazo que fue correspondido enseguida y con mucha fuerza.

—¡Yo también quiero mis besos en la mejilla! —Gritó de pronto el pelinegro sin soltarte del abrazo.

—Si, si... —Te acercaste hasta su mejilla para cumplir lo que el cumpleañero quería.

—¿Eh? ¿Así de fácil es con él? —Reclamó Sabo con una falsa molestia mientras se cruzaba de brazos.

—Contigo no me lo esperaba, de Luffy ya lo veía venir después de tu cumpleaños.

El monito ahora comenzó a devolverte los besos en la mejilla y a refregarse como un gatito en esta misma zona. Esto te hizo sonreír levemente.

—Hm... Si tu lo dices.

—Ahora soy el único que no ha recibido besos en la mejilla de nuestra pequeña (TN). —Ace habló con un tono dramático para luego fingir que lloraba dándose la vuelta.

—Tu cumpleaños es en enero.

—Pues que sea mi regalo atrasado. —Guardaste silencio, tú tampoco terminabas de asimilar del todo el cambio de actitud del pecoso en estos años. Era igual de idiota, pero un idiota cariñoso.

Con cuidado soltaste a tu monito, tomaste al pecoso de un brazo para hacerlo voltear y depositaste dos besos en su mejilla. Dejando al pelinegro con una gran sonrisa.

—Mucho mejor.

—Si, si... Ya vamonos, se nos hace tarde trio de mimosos.

Comenzaste a caminar adelantando a los tres chicos, y sin poder evitarlo... Se te escapó una sonrisa por lo que acababa de pasar con tus hermanos. Ellos te siguieron poco después con una radiante, alegre y sincera sonrisa.

Luffy debido a su habilidad para hacer amistades por todas partes, recibió varios saludos desde que entró al colegio, además obviamente del de los Mugiwaras. Incluyendo algunos de un par de profesores. Él los recibia todos sonriente, se veía que estaba más alegre de lo normal. Era como un niño pequeño. Toda la jornada irradiaba una energía especial.

A la hora de salida, iban dando vuelta en la esquina cuando comenzaron a escuchar a alguien gritarles.

—¡¡Luffy-san!! ¡Espere! —Un chico de pelo rosado y contextura delgada, corrió hasta alcanzarlos—. ¡Luffy-san, feliz cumpleaños!

—Oh ¡Coby! ¡Muchas gracias! —respondió comenzando a reír por ver al chico respirando agitado debido a que estuvo corriendo.

—Hola, Coby —Saludaste—. ¿Vienes en la tarde?

—H-Hola (TN)-san... Si, no puedo estar hasta muy tarde porque tenemos clases mañana pero iré igualmente. Ya que Luffy-san me invitó no podía...—Coby se veía un tanto nervioso, ya que se rascaba la mejilla apartando la mirada y hablaba rápido.

—Ya veo, me alegra que vayas. —una pequeña sonrisa de tu parte y las mejillas del chico de pelo rosado comenzaron a calentarse.

Sabo y Ace, tenían una sonrisa algo forzada en su rostro que hicieron a Coby sobresaltarse. Los celos que ellos suponían eran de hermano mayor se hicieron presentes una vez más, parecían tus guardianes personales o algo por el estilo. Cosa que te parecía algo extraño a decir verdad.

Se despidieron de Coby por el momento, y tal como en el cumpleaños de Sabo, pasaste directo a su casa desde temprano para comer todos juntos algo que el monito quisiera encargar. Era su día para ser mimado.

—¡Quedate a dormir hoy también!

—Mañana tenemos clases... —Le recordaste.

—¿Qué importa? Vamos a tu casa por ropa y ya. ¡Además yo mando hoy día! —insistió Luffy.