Capítulo 4

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Luffy ya estaba fuera de tu casa esperando para que se fuesen a la escuela igual que el día anterior. Pero esta vez, tenía compañía, Ace y Sabo decidieron irse junto con los menores tal como lo hacían antes. Además el establecimiento no quedaba tan lejos, pero ayer al haberse atrasado el auto había sido una salvación.

—¿Huh? ¿Vamos a irnos todos juntos?

—¡Si, tal como lo hacíamos antes! —Luffy era el más emocionado con esto, pues sentía que su familia estaba completa de nuevo.

—Vamos entonces. —Dejaste la casa y reja cerradas. A penas terminaste de acomodar tu mochila, Luffy te tomó de la mano haciéndote avanzar.

Una vez ya estaban los cuatro caminando, el monito te soltó. Pero a cambio comenzó a hablar sin parar sobre cada cosa que se le ocurría. Ace y Sabo le seguían el juego, tú solo le escuchabas.
De esa forma, se pasaron todo el camino hasta llegar a la escuela, allí se despidieron momentáneamente de los mayores y fueron hasta su sala, donde al entrar, un chico de nariz larga los recibió con una gran sonrisa.

Por tu parte, soltaste un suspiro pero trataste de sonreírle con normalidad de vuelta junto con Luffy. Tomaron asiento y te quedaste escuchando las cosas que esos dos hablaban hasta que empezó la clase.

Cuando llegó el primer descanso, junto a Usopp y Luffy fueron al casino. Donde en el camino se les unieron Nami y Carrot, de la clase de al lado, Chopper un año menor, Zoro y Sanji de un curso más arriba. Estos últimos venían discutiendo sobre quién sabe que cosas, tampoco es que les prestases mucha atención, pues te parecían muy escandalosos.

Tratabas de no apartarte mucho de Luffy cuando iban de vuelta al patio en busca de donde acomodarse, pues nunca habías sido buena llevándote bien con los demás. Tampoco te interesó años atrás ya que estabas bien con la compañía de los tres hermanos. Pero al cambiar de colegio por siete años... Habías estado básicamente sola allá, y ahora volver a estar con más gente, bueno en este caso estar en un grupo de golpe... Te generaba cierta incomodidad.

—¡¡(TN)-swaaan!! ¡¡Hoy también te ves muy hermosa!! —Mientras Sanji caminaba hacia a ti bailando y con ojos de corazones, acercaste tu mano hasta tomar a Luffy por la ropa.

Nami, notó este pequeño detalle por lo que le dio un golpe al rubio impidiendo que se acercase más a ti.

—¡Sanji! ¡¿no ves qué quiere su espacio?! Lo siento (TN)... —Ella sonrió.

Sólo asentiste viendo como la pelinaranja tomaba al rubio de un brazo y lo apartaba de ustedes.
Luffy al sentir cómo tirabas de su ropa tomó tu mano sonriendo amplia y cálidamente.

Desde los pasillos del segundo piso, ambos hermanos mayores observaban la situación.

—¿(TN) siempre ha sido así? —Preguntó el azabache apoyado sobre su mano.

—No estoy seguro, con nosotros era bastante expresiva pero... Vivíamos en nuestro mundo, y no había observado en demasía como se comportaba con más gente cerca.

Ace asintió.

—¿Donde quedó esa pequeña (TN) que no paraba de reír..?

—Quizá deberíamos hablar con Luffy sobre el tema... —Los dos se quedaron viéndolos en silencio desde la distancia.

Al siguiente descanso, una vez más te mantenías cerca del pelinegro. Luffy no caía en cuenta de la razón por la que tu hacías esto, pero no le molestaba en lo más mínimo. Por el contrario, te tomaba de la mano con fuerza o te abrazaba junto a una gran sonrisa.

La verdad, agradecías que esta semana al ser la primera, salían temprano. Ya que sólo eran un par de horas en ese lugar que gracias a la compañía del monito, pasaban bastante rápido. Y la hora de irse cada quien a su casa por ese día, había llegado al fin. Luffy, mantenía su palabra y no te dejaba sola. Por lo que igual a cuando eran niños, en cuanto salieron por la puerta te tomó de la mano hasta llevarte a los baños, y te dejó esperando afuera.

Pasado pisado. (Sabo, Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora